Rusia invade la política monetaria: los bancos centrales cambiarán de rumbo si se alarga el conflicto
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado que los precios de las materias primas, desde el petróleo hasta el trigo, alcancen máximos de varios años. Ante los efectos que en la inflación y el crecimiento económico pueda tener el conflicto si este se alarga, los mercados anticipan un cambio de rumbo de los bancos centrales a través de una suavización de sus políticas monetarias.
El petróleo Brent de referencia en Europa cotiza por encima de los 100 dólares, su nivel más alto desde 2014, y el gas comercializado en los Países Bajos sube un 31% en un solo día. Pero la crisis geopolítica repercute más allá del suministro de energía, ya que los inventarios de las principales materias primas han caído a sus niveles más bajos en 20 años. El trigo, el maíz, el aluminio o los fertilizantes se han encarecido como consecuencia del conflicto.
Aunque la invasión rusa de Ucrania tiene consecuencias más allá de los precios de la energía, estos suponen el principal mecanismo de contagio económico para el viejo continente. “Esto plantea retos particulares para Europa, dada su dependencia de la energía rusa, tiene implicaciones perjudiciales para el crecimiento y complica el panorama para el BCE”, explican los expertos de la gestora Schroders.
El incremento de los precios de la energía tiene una relación directa con los elevados niveles de inflación que se registran en Europa y EEUU, una cuestión que si se alarga en el tiempo podría afectar al crecimiento económico. Si el BCE y la Reserva Federal consideran que el empeoramiento de los datos económicos es grave, ambas instituciones se podrían ver obligadas a retrasar la hoja de ruta que ambas instituciones dejaron entrever tras sus últimas reuniones: mayor reducción de las compras de activos y una subida de tipos que tendría lugar “pronto”. El mercado descontaba un alza de las tasas por parte de la Fed de 50 puntos básicos en marzo y un incremento de las del BCE en junio.
“Dado que la crisis en Ucrania podría afectar al crecimiento de EEUU y, en particular, al de Europa, los principales bancos centrales podrían pasar de la lucha contra la inflación al restablecimiento del crecimiento y el buen funcionamiento de los mercados de capitales, en función de la duración de la crisis”, destacan en Vontobel. Según las estimaciones del propio BCE una reducción del 10% en el suministro de gas a la zona del euro apuntaría a una reducción del 0,7% en el PIB, descarrilando su recuperación ahora que el bloque está saliendo de la pandemia. “Tal impacto podría hacer que el BCE se cuidara bien de emitir señales sobre un endurecimiento de las políticas en su reunión del 10 de marzo”, afirman los expertos de Monex Europe.
Según comunicó el jueves la propia institución europea en un comunicado, el BCE está monitorizando con cuidado la situación y las implicaciones del ataque de Rusia a Ucrania. Los mercados ya descuentan un menor ritmo en la subida de tipos, tanto del BCE como de la Fed, de lo que contemplaban a principio de mes.