Rusia y China quieren ampliar el bloque BRICS y lanzar una moneda común para crear una alternativa al G7
Este martes dio comienzo la cumbre de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en Johannesburgo, en la que los dos gigantes pretenden atraer mucho más países al bloque para crear una alternativa económica al G7 de los países occidentales. E incluso plantean crear una moneda común para hacer frente al dólar y al euro.
Los BRICS aseguran que tienen 15 interesados en sumarse, entre ellos algunos en la órbita de China y Rusia, como Cuba, Siria, Bielorrusia, Nicaragua, Irán o Venezuela. Más dudoso es el interés de otros países como Egipto, Argelia, Argentina, México, Nigeria, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, que tienen importantes relaciones con los países occidentales.
El más interesado en esta expansión es China, que es el líder indiscutible del grupo y pretende aglutinar bajo su poder un porcentaje del PIB mundial similar al del G7. Ahora cuenta con el apoyo entusiasta de Rusia, que tiene en los BRICS su principal aliado para contrarrestar su aislamiento y mantener algo de influencia en el mundo; ninguno de estos países ha aplicado las sanciones internacionales por la invasión de Ucrania.
Sin embargo, India, Brasil y Sudáfrica son bastante más reticentes a esta ampliación por temor a diluirse en el bloque y a que China tenga un poder absoluto sobre el mismo.
De momento, el mayor logro de este grupo es la creación del Nuevo Banco de Desarrollo, cuya presidencia ostenta la expresidenta comunista brasileña Dilma Rousseff. Se trata de una institución que pretende competir con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial concediendo préstamos a estos países sin las condiciones de ortodoxia económica que imponen las grandes instituciones multilaterales.
De hecho, una de las novedades que va a aprobar esta cumbre es la concesión de préstamos en moneda local de cada país, en un intento de desligarse cada vez más del dólar como moneda de reserva para las transacciones internacionales.
¿Moneda común?
Dentro de este objetivo, el gran proyecto de los BRICS es crear una moneda común para sus miembros, cuyo promotor más entusiasta es Rusia, sumida en una depreciación imparable del rublo. El presidente brasileño, Lula da Silva, también ha mostrado públicamente su apoyo a esta idea.
Sin embargo, crear una moneda común es algo muy complejo y casi nadie cree que sea factible. Recuerden cómo, para crear el euro, hubo que aplicar unos duros criterios de convergencia en inflación, tipos de interés, déficit y deuda públicos, y tipo de cambio. Además, hay que fijar los tipos de conversión de las divisas locales en la moneda común, y, por supuesto, crear un banco central (el BCE en ese caso) que gestione la política monetaria común.
Todo eso es impensable hoy por hoy en el caso de los BRICS. Además, China no está especialmente interesada ya que no lo necesita: su moneda ya es bastante fuerte en el escenario internacional y perdería pujanza al juntarse con países con mucho menos músculo y muchos más desequilibrios.
De momento, el único avance en esa dirección ha sido un sistema de pagos entre los países miembros, Brics Pay, que permite convertir sus monedas directamente sin pasar por el dólar. Y se antoja mucho más realista la promoción del uso de sus respectivas monedas en las transacciones bilaterales, tal como propone Rousseff.