Movilidad

Los puntos de carga para coche eléctrico de Repsol reciben ocho veces menos vehículos de lo necesario

¿Tenemos en España un problema de puntos de carga que impide la proliferación de vehículos eléctricos? Aunque desde algunos en el sector constructor se lanza esta idea, los números internos que maneja Repsol dicen todo lo contrario.

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Este mismo lunes, Repsol marcó un hito en la movilidad del coche eléctrico en España al abrir el punto de carga rápida más potente de Europa en la localidad vizcaína de Ugaldebieta. La petrolera presidida por Antonio Brufau hace años que quiere liderar también el mercado del coche eléctrico en lo que a ella corresponde: la instalación de puntos de carga eléctrica para la flota de automóviles.

Sin embargo, en los últimos tiempos, desde Repsol están observando como su inversión en infraestructuras no se ve acompasada por un crecimiento  de los coches eléctricos. Hasta el punto de que actualmente, según los datos internos que maneja Repsol en sus puntos de recarga eléctricos en España, la red se encuentra infrautilizada. «Necesitaríamos un uso entre siete y ocho veces superior al actual para que nuestra inversión en puntos de recarga pudiera ser amortizada», manifiesta a OKDIARIO en una entrevista exclusiva Carlos Bermúdez, gerente comercial de movilidad eléctrica de Repsol.

Actualmente, reconoce Bermúdez, la rotación que tienen sus puntos de carga está «muy lejos de la que necesitamos», y aunque reconoce que obtener rentabilidad de estos puntos no es un objetivo a corto plazo, apunta a que el motivo de que apenas haya coches eléctricos en nuestras calles no puede achacarse, según su punto de vista, a los puntos de recarga.

Todo ello, a pesar de que asociaciones como Anfac u otras específicas de vehículo eléctrico suelen hablar de la falta de puntos de carga como uno de los motivos para la lenta proliferación del vehículo eléctrico.

«Lo que penaliza de verdad es el término fijo de potencia, porque se pagan unos 4.000 euros anuales aunque no se use»

«El problema es la inversión. Un punto de carga de 50 kw son entre 40 y 50.000 euros pero lo que penaliza de verdad es el término fijo de potencia, porque pagas unos 4.000 euros anuales pase o no pase ningún coche eléctrico por ahí. Necesitamos siete u ocho veces más coches por punto de carga para amortizar la inversión», reconoce Bermúdez. Hay estaciones de servicio urbanas donde las recargas son más habituales, dice, pero hay otras donde las recargas son mucho más bajas, y aún tendrán que pasar años para que tengan uso.

«Con el uso que tenemos es como si cada punto de recarga diera cada día menos de 25 litros de gasolina. Ni siquiera un depósito entero»

La red de puntos de carga va creciendo: «En Madrid, por ejemplo, vamos a terminar diciembre con 27 puntos de carga rápida dentro de la M-30. Una ciudad como Madrid está más que cubierta para dar suministro en los próximos años con esta red», dice Bermúdez. Esto sirve como ejemplo de que «no hay escasez de puntos de recarga, lo que hay es una falta de profesionalidad de estos puntos de recarga que no siempre funcionan».

Como ejemplo del poco uso que tienen estos puntos, Bermúdez da cifras comparativas al combustible diésel: «Con el uso que tenemos es como si cada punto de recarga diera cada día menos de 25 litros de gasolina. Ni siquiera un repostaje, ni siquiera un depósito entero». Esta es el irrisorio uso que tienen actualmente estos puntos, empujado por la escasez de coches eléctricos en las carreteras.

«Tenemos que estar»

En Repsol no ponen en cuestión en ningún caso la pertinencia de instalar puntos de carga: «Estamos aquí porque sabemos que hay que estar y nuestra empresa tiene una responsabilidad social». Pero no aceptan que se plantee que aún hace falta más tejido de conexiones puesto que consideran que es suficiente.

De hecho, comparan la red de eléctricos con la red convencional: «En España hay 22 millones de coches y 11.600 estaciones de servicio, con lo que toca a una casi 14.000 coches. Si te lo llevas a GLP (gas licuado del petróleo) sale una estación de servicio para casi 200 vehículos. En eléctrico hay 63.000 vehículos y casi 5.000 puntos de recarga. Un punto de recarga cada 12 vehículos. Así que el problema no es de escasez de puntos de recarga».

«Sin contrato con operador»

También existen otros problemas de índole administrativa según Bermúdez para que las cargas rápidas eléctricas funcionen mejor. «Cualquier coche eléctrico tiene que poder recargar sin que medie un contrato con el operador. No es un tema de dimensión».

Con respecto a las cargas lentas, cree que no tienen sentido: «No tiene sentido montar un punto de carga lenta en vía pública. En una estación de servicio el tiempo de recarga se debería parecer al de un combustible fósil».

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