Aceite de oliva

No te dejes engañar:los expertos avisan si ves un aceite de oliva virgen con este aspecto

Mujer mira y compara dos botellas de aceite de oliva en un supermercado.
Mujer comprando aceite de oliva.
Blanca Espada

El aceite de oliva es sin discusión, uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea, dado que es apreciado tanto por su sabor como por sus beneficios para la salud. De este modo, y siendo indispensable en la cocina, aportando su característico sabor a platos tanto sencillos como elaborados, no nos puede faltar en nuestra cesta de la compra, incluso siendo más que conscientes que su precio ha experimentado un incremento significativo en los últimos años. Pero eso sí, debemos saber elegir bien el aceite y escoger el de mayor calidad a partir de lo que explican los expertos, y más si tenemos en cuenta que a veces podemos llevarnos una sorpresa por como encontramos el aceite en el supermercado.

Con el aumento en el precio del aceite de oliva, muchos consumidores han comenzado a buscar alternativas más económicas, como el aceite de girasol o de semillas. Esto es comprensible dado el panorama económico actual, en el que cada céntimo cuenta. Pero como decimos, no hay duda de que el aceite de oliva virgen extra sigue ocupando un lugar destacado en nuestras cocinas dado su sabor y propiedades, aunque hay ciertos aspectos visuales del aceite que pueden llevar a confusión, pero que los especialistas nos explican detalladamente para que no caigamos en errores comunes y tampoco pensemos que estamos comprando un aceite que está alterado o que no está en buen estado. Nada más lejos de la realidad así que toma nota porque te aclaramos que es lo que pasa si ves un aceite de oliva virgen con este aspecto.

El aspecto turbio del aceite de oliva: ¿señal de mala calidad?

Una de las sorpresas que nos podemos llevar al ir a comprar aceite de oliva virgen extra al supermercado es que presente un aspecto en el que se vea que está turbio o que contiene grumos. Este fenómeno es particularmente común en los meses más fríos y puede llevar a pensar, erróneamente, que el producto está en mal estado o ha perdido sus propiedades. Sin embargo, según los expertos, este no es motivo de alarma.

Tal y como señala el HuffPost, el doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos Miguel A. Lurueña, aclara que esos grumos o bolas en el aceite son en realidad triglicéridos que se solidifican cuando el aceite está expuesto a temperaturas bajas, normalmente alrededor de los 18°C. Es un fenómeno completamente natural y reversible que no afecta ni a la calidad ni al valor nutricional del aceite. De hecho, basta con llevar el aceite a una temperatura ambiente más cálida para que recupere su estado líquido y su apariencia habitual.

El papel de la temperatura en la textura del aceite

El mismo medio cuenta tambiçen con el testimonio de Laura Sandúa, gerente de Aceites Sandúa, quien explica que el aceite de oliva puede incluso llegar a congelarse si las temperaturas son suficientemente bajas. No obstante, insiste en que este proceso de congelación no altera en absoluto las propiedades organolépticas ni nutricionales del aceite. La textura y apariencia pueden cambiar momentáneamente, pero la calidad del producto permanece intacta. Entonces tal y como ya señalamos, para devolver el aceite a su estado normal, sólo es necesario aumentar la temperatura, lo que permite que los triglicéridos vuelvan a su forma líquida habitual.

En los aceites de oliva de calidad, estos cambios son simplemente visuales y no afectan el sabor ni los beneficios que aportan. El hecho de que el aceite comience a espesarse a temperaturas inferiores a los 5,5ºC se debe a su alto contenido en ácido oleico. Además, es posible que en determinadas circunstancias, como cuando la temperatura está por debajo de los 20°C, comencemos a notar grumos más claros, lo que es otra manifestación de la solidificación de ciertos triglicéridos.

La importancia de elegir un buen aceite

Cuando se trata de aceite de oliva, es crucial prestar atención a más que sólo el precio. Un buen aceite de oliva virgen extra no sólo debe tener un sabor exquisito, sino también ofrecer beneficios para la salud, como su alto contenido en antioxidantes y grasas saludables. Sin embargo, el aspecto puede confundir a quienes no estén familiarizados con los cambios físicos que experimenta el aceite debido a factores externos como la temperatura. En estos casos, es fundamental recordar que el aspecto turbio o la presencia de grumos no indican un problema de calidad.

Los consumidores deben ser conscientes de que, más allá del precio, la calidad del aceite es lo que realmente importa. Leer las etiquetas, conocer el origen del aceite y estar atentos a lo que los expertos recomiendan es esencial para tomar una decisión informada. A veces, los productos más baratos pueden parecer tentadores, pero no siempre ofrecen las mismas ventajas que un aceite de mayor calidad. A largo plazo, un buen aceite de oliva es una inversión en nuestra salud.

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