¡Mr. Market versus Putin!
“La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos” Henry Ford
Dicen que una mala vida es una especie de muerte, y que sólo se vive una vez. Yo soy de las que considero que vivir, vivimos todos los días y morir, una sola vez. Al fin y al cabo, la esperanza es el sueño del hombre despierto, e idealmente no debe perderse, y menos ante ella, ante la paz. No hay nada que la guerra haya conseguido que no hubiésemos podido conseguirlo sin ella, y grande es la culpa de una guerra innecesaria, aceleran la historia y jamás la defendería, excepto como medio para la paz.
Adolf Hitler solía mantener que si ganas la guerra, no necesitas dar explicaciones, y si pierdes, no deberías estar allí para explicar, y mucho se acerca en cierto modo a la mentalidad del totalitarista Vladimír Putin, quien otorga esta semana un halo de esperanza y cordura para nuestra sociedad Europea ante su postura para con el suministro de gas de cara a este frío invierno que se nos avecina, ¿cómo? A través de uno de los ramales intactos que han quedado en el Nord Stream 2.
Las palabras de Putin en la cumbre energética de Rusia parecen, y son, pura retórica propagandística plagada de un salvaje cinismo que nace de un tirano tal, que trata banalmente de lavar su imagen pública utilizando un relato de culpabilidad hacia el Estado ucraniano absolutamente tergiversado. Les cuento, Emmanuel Macron trataba de acercar posturas bajo su retórica; “la ayuda a Ucrania consiste en salvar su territorio de hostilidades ofensivas, no para atacar a Rusia” mientras que el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, metía la pata hasta el fondo al reconocer que una victoria de Rusia en Ucrania significa una derrota de la OTAN, declarando de algún modo que la OTAN de manera indirecta está participando en esta guerra.
Parece increíble, pero entre el cinismo y la retórica tergiversada de Putin, existe mínimamente algo de cordura que nos demuestra ser plenamente consciente de que escalar la guerra puede no ser ventajoso para nadie. Europa necesita romper la dependencia energética para con Rusia y EEUU, y definir lo que es y hacia dónde va. En mi opinión, tan malo es depender de Rusia como ser un títere yankee. Rusia podría militarmente aniquilar a Europa si Estados Unidos no formara parte de la OTAN, algo que por supuesto demuestra la relajación militar que Europa ha sufrido desde la segunda guerra mundial en pro de una alianza atlántica que no es más que un escudo a merced del Pentágono.
Sin embargo, Vladímir sabe que el poder económico de Rusia depende en parte del suministro de su energía fósil hacia Europa, y que la supervivencia de su país a largo plazo está en manos de su transformación sobre el terreno de la tecnología y la fiscalidad, que por cierto los países árabes ya han comenzado con un estupendo lavado de imagen y un acercamiento a occidente que claramente les interesa, y no poco. Putin sabe perfectamente que esta guerra dejará serias secuelas y eso le hace en cierto modo más vulnerable, pero a su vez, más peligroso.
Y es que escalar en lo que se ha denominado como un ataque nuclear táctico, no solamente sentaría las bases de un rechazo absoluto de la comunidad internacional hacia Rusia, sino que sembraría una semilla de odio todavía mayor entre la ciudadanía ucraniana, lo que claramente dificultaría más si cabe el hecho de obtener algún tipo de victoria en Ucrania. La violencia engendra más violencia, señores, y el tiempo corre claramente en contra de Putin, y eso él, lo sabe. Cuidado con los egos, lo destrozan todo.
Por este, y no otro motivo, el señor Putin trata de tender la mano y esforzarse bajo una retórica en pro del pueblo europeo y en contra de las élites de occidente. Y es que a Vladímir se le podrá acusar de muchas cosas, pero no le falta razón a la hora de explicar el cinismo americano en esta guerra, ni que Europa se ha convertido en un pobre títere americano. Por esta razón, Putin trata de lavar su imagen públicamente, tendiendo su ensangrentada mano hacia Europa.
Abrir el grifo del gas depende de nosotros, y Europa debe decidir inmediatamente si sigue enrocada en su propio harakiri económico o desescala fruto más de la necesidad que de la voluntad. El invierno aprieta, y en el norte de Europa éste puede ser muy arduo. En otro orden de cosas, puedo adelantarles que si este cínico halo de esperanza me deja un entorno con el que me siento cero optimista, las actas de la FED reflejan por fin una incipiente retórica más dovish, en las que exponen con decisión la necesidad de continuar normalizando la política monetaria dejando entrever que las previsiones, sin ser exactas, podrían advertir que el objetivo de inflación podría producirse de aquí a 2025, algo que facultaría a la reserva federal para completar su agresiva subida de tipos dejándolos estables y pudiendo comprobar de tal modo, si ha sido suficiente.
Pausar la subida de tipos para comprobar si el impacto de sus medidas sigue regulando los precios hacia el 2% podría sin duda, ser muy bien recibido para un Mr. Market que necesitará comprobar de manera fehaciente que el techo de inflación es una realidad, más que un puntual dato. Y ustedes, ¿por qué apostarían?
Lamentablemente, sé que mis amados mercados seguirán su camino a merced del desenlace de una guerra en Ucrania que dista mucho de mostrarnos el camino hacia la paz, de una crisis energética que se cierne para este frío invierno en Europa, y de unas políticas monetarias que han causado ya el peor desplome en el mercado de deuda de la historia moderna de las bolsas.
Sin embargo, es desde el pesimismo más absoluto desde donde nacen los mejores mercados alcistas, dejándonos claro en mi opinión, que capear como podamos este temporal será un acicate que probablemente marque nuestra carrera como traders profesionales, porque a diferencia de esa amplía mayoría de personas que gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos, nosotros desafiamos con audacia el reto que la vida nos propone. Éste será sin duda el embrión que construya el éxito de nuestro futuro más próximo. La originalidad ante el cinismo se la dejaremos para aquellos que quieran vernos arder, pero les adelanto que dicha cualidad es un claro indicio de que el cerebro se ha estropeado.
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