Juan Lasala (ex Red Eléctrica) abandona la presidencia de Capital Energy ante la crisis de la compañía
El exconsejero delegado de Red Eléctrica, Juan Lasala, ha abandonado la presidencia de Capital Energy en medio de la grave crisis que atraviesa la compañía por sus problemas financieros. Lasala mantenía desde hace meses una posición muy extraña puesto que no tenía funciones ejecutivas y la empresa había suprimido el consejo de administración para sustituirlo por los hermanos Jesús y Gloria Martín Buezas como administradores.
El fichaje de Lasala como presidente ya supuso un gran escándalo en su día ya que anteriormente había sido consejero delegado de Red Eléctrica, el gestor del sistema y encargado de otorgar los accesos a la red de las plantas de energía renovable como las de Capital Energy. Es decir, pasaba de ser juez a incorporarse a una de las partes. Ahora se marcha alegando motivos personales.
Capital Energy, patrocinador del Atlético de Madrid, tuvo que suspender el año pasado su OPV ante la falta de interés de los inversores y el precio estratosférico que pretendía obtener: se llegó a publicar que se valoraba en 2.000 millones. Eso le obligó a buscar alternativas para acometer su proyectos, sobre todo los 1.550 megavatios que se ha adjudicado en la última subasta de renovables del Gobierno, a los que hay que sumar otros 405 megawatios en la anterior, según sus propios documentos (oficialmente, hablan de 620).
Capital Energy no tiene problemas para obtener financiación mediante créditos bancarios, bonos y project finance, pero necesita reforzar notablemente su capital porque el promotor de estas infraestructuras tiene que aportar recursos propios y no puede financiar el 100% del coste de desarrollar los parques eólicos.
Dicho coste oscila entre 850.000 euros y 1 millón por megawatio, lo que puede suponer más de 2.000 millones si hacemos caso a las cifras oficiales de la empresa. Y el mercado exige que en cada proyecto se aporte al menos una tercera parte de capital, según fuentes del sector. Eso implicaría cerca de 700 millones. Dado que el capital de Capital Energy en 2020 ascendía a 31 millones según datos del Registro Mercantil (en cuentas individuales, ya que no ha presentado consolidadas), necesita una aportación enorme de fondos propios.
Por eso, encargó la búsqueda posterior de un socio por parte de Bank of America Merrill Lynch, tarea en la que no ha tenido éxito hasta la fecha dada esta situación tan delicada. Para aliviarla un poco, en febrero vendió su comercializadora eléctrica minorista a Repsol por un precio que algunas fuentes califican de «poco relevante» y otras directamente «de derribo».
Esta venta supone un respiro, pero ni de lejos resuelve los problemas de Capital Energy. Por ello, fuentes cercanas a la empresa consideran que tiene dos alternativas para salir del atolladero. La primera es seguir buscando un socio, pero, dada la magnitud de las cifras necesarias, eso supondría una enorme dilución para sus propietarios -los hermanos Buezas- con la consiguiente pérdida de control de la compañía… salvo que ellos aporten nuevo capital.
La segunda opción es vender los proyectos que se ha adjudicado, que se valorarían por el slot conseguido, el aval que ha tenido que poner Capital Energy y un cierto fondo de comercio, a lo que hay que añadir el acceso y la conexión a Red Eléctrica que tienen parte de sus proyectos. En total, entre el 10% y el 15% del coste del proyecto final, puesto que el comprador deberá asumir todo el conste de construir los parques.
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