ha dado parte de los fondos a Educación, del PSOE

La gran empresa carga contra Sánchez por dar al PSOE parte de los fondos para cursos de formación

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.
Carlos Ribagorda

El think tank de la gran banca y las grandes empresas del Ibex, Fedea, considera que la división de los fondos para cursos de formación que aprobó el Gobierno en 2020 no ha sido positiva para la efectividad de este dinero a la hora de crear empleo. El Ejecutivo de Pedro Sánchez se enfrascó en una pelea interna entre PSOE y Podemos por la gestión de estos polémicos fondos. Finalmente, Sánchez decidió repartir el dinero de estos fondos entre el Ministerio de Trabajo, gestionado por Yolanda Díaz (Unidas Podemos), histórico gestor de este dinero, y el Ministerio de Educación y Formación Profesional, dirigido por Pilar Alegría (PSOE).

La batalla, liderada por la entonces ministra de Educación, Isabel Celáa, llegó hasta el punto de que el PSOE quería quitarle la gestión al SEPE, algo que finalmente no sucedió. Al final ganó Podemos, y Trabajo gestiona dos tercios de los fondos para cursos de formación para parados y trabajadores.

Para Fedea este cambio ha sido un desastre y no ha servido para nada positivo. «La reciente modificación del reparto de competencias en materia de formación profesional para el empleo, que pasan a ser compartidas entre el SEPE y el Ministerio de Educación (2020), ha complicado aún más la gestión de esta compleja política, dificultando alcanzar un diseño útil de los contenidos y complicando la gestión de las comunidades autónomas», señala el informe del think tank de la banca y grandes empresas, como Santander y Telefónica.

En opinión de estos expertos, la división aprobada por el Gobierno no ha acabado con el fiasco que ha supuesto la gestión de este dinero. «La formación para el empleo ofertada no se ha ajustado todo lo que se debería a las necesidades de las personas y empresas, y los programas de incentivos al empleo generan en demasiadas ocasiones un importante peso muerto, es decir, los empleos se hubieran creado también sin contar con los incentivos», señala el escrito firmado por Miguel Ángel García.

Formación: 3.000 millones

La cuestión no es baladí, sobre todo en un país con un paro estructural muy elevado y un dato general superior al de cualquier otro país de la Unión Europea. Para este 2023, según lo aprobado en los Presupuestos Generales para el próximo año, Yolanda Díaz dispondrá de 2.093 millones de euros para formación, que gestionará el SEPE, mientras que la socialista Pilar Alegría tendrá algo más de 1.100 millones de euros.

En definitiva, entre los dos ministerios se destinan más de 3.000 millones de euros a cursos de formación que, según las grandes empresas y la banca del país, no se ajustan a las necesidades de las compañías.

La nueva ley del empleo que está tramitando el Gobierno tampoco va a servir para mucho, según Fedea. El cambio del SEPE a Agencia Estatal de Empleo no servirá para mejorar la eficacia de los fondos. «La norma no aporta soluciones para conseguir que los programas formativos de empleo se adecúen a las necesidades de las personas y del tejido productivo. El texto utiliza el concepto de itinerario formativo y luego de formación profesional en el trabajo, sin concretar cuál es su contenido, cómo se articula y sin especificar cómo se puede ligar con las competencias de las personas (se necesita relación entre experiencia, ocupaciones y competencias individuales)», señala.

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