Medida estrella de Pablo Iglesias

Golpe a Podemos: Suecia debate ahora eliminar el control de los precios del alquiler de vivienda

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. (Foto: Europa Press)
Carlos Ribagorda

Suecia, el país señalado por Podemos como ejemplo de mercado de vivienda de alquiler controlado por ley, ha abierto ahora un debate público para eliminar el tope a los precios debido a las terribles consecuencias que está teniendo para el mercado tras 20 años de vigencia: la oferta se ha reducido por la falta de rentabilidad, los jóvenes no encuentran piso en Estocolmo, y se ha desarrollado un mercado negro de subarrendamientos por precios superiores a los marcados por la ley.

El PSOE, pese a que fue uno de los puntos del acuerdo con Podemos para los fallidos Presupuestos Generales de 2019, decidió no incluir este punto. Sin embargo, la formación de Pablo Iglesias insiste en la idea ahora que todo apunta a que entrarán en el Gobierno y liderarán el ministerio de Vivienda.

Los agentes del sector en España han advertido desde hace meses que la idea de Podemos de poner un tope a los precios para que no se dispare el coste del alquiler iba a desvirtuar el mercado y tendría efectos graves, como la falta de oferta y la fuga de capitales.

Se trata de advertencias sobre lo que pasaría. Pero en Suecia ya se conoce lo que ocurre. ¿Qué está pasando en Suecia? El debate está abierto tras las recientes declaraciones de la alcaldesa de Estocolmo, Anna König Jerlmyr, de centro derecha, en las que asegura que las «leyes deben adaptarse a los cambios de las sociedades», dejando la puerta abierta al cambio de la norma. Como es lógico, los expertos economistas y políticos de izquierdas piden que se mantenga el control de precios para que los jóvenes tengan acceso a la vivienda en el centro, mientras los de derechas advierten de los efectos negativos de la ley.

Menos oferta

Se refieren a dos aspectos fundamentalmente. Primero, al llevar la norma vigente 20 años los constructores no han sacado nueva vivienda suficiente al mercado por falta de rentabilidad, lo que ha generado la consiguiente falta de oferta y, a su vez, que muchos jóvenes no tengan opciones reales de encontrar vivienda en el centro de Estocolmo.

Y, segundo, el control de los precios -hay que apuntarse a una lista de espera- ha generado un mercado negro de realquiler de las viviendas. El inquilino paga el precio fijado por la ley y, después, alquila en negro a su vez la vivienda a un precio superior, que puede alcanzar el doble del fijado por la norma -se calcula en función del tamaño, unos 460 euros de media-.

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