Finanzas públicas

El Gobierno tendrá 40.000 millones menos para servicios públicos en 2025 por los intereses de la deuda

El coste se disparará de los 15.000 millones actuales a 40.000 en sólo dos años, si no se reduce el déficit público

intereses deuda
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La explosión del gasto público supone una amenaza mucho mayor para el ciudadano de la que éste percibe. Si no se reduce de forma decidida el déficit -y nada indica que vaya a ocurrir si es investido Pedro Sánchez-, el coste de intereses de la deuda pública se disparará desde los 15.000 millones actuales hasta 40.000 en sólo dos años. Un dinero que el Gobierno tendrá que detraer de los servicios públicos, de la inversión o de otras partidas del Presupuesto.

Si tomamos la duración media de la deuda pública emitida en la actualidad, que es de dos años y medio aproximadamente, y calculamos que la refinanciación de la misma según vaya venciendo pasará de un tipo del 1% en 2022 al 4,5% en 2024 (nivel de los tipos oficiales y donde la sitúan los futuros el próximo año), obtenemos ese coste en intereses de unos 40.000 millones en 2025, según expertos consultados por OKDIARIO.

La semana pasada, el Banco de España anunció que la deuda pública volvió a subir un 4,7% interanual en agosto, después de la ligera bajada de julio, hasta 1,563 billones de euros. Unas cifras que se han disparado durante el Gobierno de Sánchez, pese a que éste trata de disfrazar con la revisión al alza del PIB. Las cifras asustan a los países centrales de la Unión Europea, que presionan al Gobierno español en funciones para restablecer las reglas de disciplina fiscal interrumpidas en la pandemia.

Sin embargo, organismos como la Airef o la  OCDE no se creen que el Ejecutivo vaya a cumplir sus objetivos de reducción de déficit y deuda. Básicamente, porque las previsiones oficiales parten de la hipótesis de un crecimiento económico muy optimista (que no se va a cumplir, según estos organismos), junto a una no deflactación del IRPF con la inflación, mantengan los ingresos por impuestos en máximos históricos. Pero no contemplan ningún tipo de reducción del gasto.

Refinanciar la deuda

Con esta base, se estima que este año el coste de intereses de la deuda subirá hasta unos 15.000 millones. Pero esto no es más que el aperitivo. Al no reducirse el déficit, el Tesoro tiene que seguir emitiendo nueva deuda y refinanciar la que vence. Este mismo año, tendrá que emitir 256.930 millones de euros, lo que supone un aumento del 8,2%, aunque las emisiones nuevas bajen en 5.000 millones.

Y estas emisiones están disparando su coste por la subida de tipos de interés oficiales del BCE y por la exigencia de una mayor prima de riesgo a España, debido precisamente al estado de nuestras finanzas públicas. El bono español a 10 años ha superado el 4%, aunque en la última semana se ha relajado ligeramente.

Esta tendencia ya se está observando en los altos intereses que se ha visto obligado a pagar en las últimas subastas de letras y de bonos. Y se va a mantener en los próximos meses y años en ausencia de una reducción del déficit y de una bajada de tipos radical por parte del BCE, que nadie anticipa: el mercado no espera una primera y tímida rebaja hasta finales de 2024, y eso como muy pronto.

Si no toma medidas de reducción del gasto, el Gobierno tendrá que restar esos 40.000 millones de otras partidas presupuestarias, porque lo que no va a permitir Europa es que España emita más deuda para pagar esos intereses y mantener el gasto público actual (lo que se conoce como «efecto bola de nieve»). Y dados sus compromisos con la extrema izquierda y con los independentistas, esos recortes tendrán que salir de la inversión y de las transferencias a las comunidades autónomas no nacionalistas.

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