Vivienda

El gigante inmobiliario Blackstone ya tiene más de 25.000 inquilinos en España

El fondo ya tiene activos inmobiliarios valorados en más de 22.000 millones de euros

Sus viviendas están en Madrid y Barcelona con ocupación casi del 100%

Los continuos ataques a los "fondos buitre" de Podemos "están ahuyentando inversiones"

Su papel ha sido determinante para absorber las carteras que propiciaron la crisis

precio del alquiler
Alquiler de la vivienda en España (Istock)

En apenas un lustro, Blackstone se ha convertido en un gigante inmobiliario en España. El fondo norteamericano volvió de las vacaciones de verano con unas 15.000 viviendas alquiladas en cartera repartidas entre tres sociedades y las Socimis en las que participa. Pero, tras hacerse con el 70% de Testa, Blackstone ha sumado otras 10.500 bajo su control. Así, la cifra total de viviendas en manos del nuevo coloso del ladrillo español ya supera las 25.000 unidades (pese al matiz del 30% que no tiene en Testa), según datos proporcionados a OKDIARIO por fuentes financieras próximas al fondo.

Esta cifra representa entorno al 2% de los pisos residenciales que hay en España. Prácticamente todos ellos son primera vivienda y están ubicados fundamentalmente en Madrid y Barcelona, dos ciudades con una gran demanda de alquiler. De hecho, la ocupación de los inmuebles en manos de Blackstone ronda el 100%.

Pese a la incertidumbre regulatoria que existe en España por los mensajes en materia de vivienda lanzados por el Gobierno español y su socio Podemos, Blackstone sigue cerrando operaciones, aunque cada vez con más cautela.

Los activos inmobiliarios bajo gestión de la firma superan ya la suma de 22.000 millones de euros, cifra en la que también se incluyen inversiones en hoteles (donde destaca su compra de la Socimi Hispania) y centros comerciales.

La ocupación de los inmuebles residenciales en manos de Blackstone ronda el 100%. Están concentrados en Madrid y Barcelona.

No obstante, lejos de estar satisfecho con ese volumen, la intención del fondo es seguir aumentando su cartera inmobiliaria, incluido el sector residencial. El objetivo es desinvertir en el medio plazo (en el horizonte 2021-2025) conforme las estrategias de inversión que siguen este tipo de fondos en todo el mundo.

Con el 2% de la vivienda en España en sus manos, Blackstone todavía tiene recorrido para crecer en este país. Fuentes del sector estiman que entre fondos, bancos, aseguradoras y gestores profesionales controlan algo menos del 5% del parque de vivienda residencial en España. Un dato muy lejano al 38% de Francia o el 40% de Reino Unido.

Pese a que estos fondos, y en especial Blackstone, han engordado su cartera comprando carteras fallidas de la banca española, a diferencia de lo que ocurre con la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, Sareb, la práctica totalidad de los inmuebles que han adquirido son primera residencia ubicada en las dos grandes urbes españolas.

El papel de los fondos ha sido crucial para absorber los 150.000 millones en carteras fallidas que llegó a tener la banca en 2012. Su objetivo, es desinvertir a partir de 2021.

El sector inmobiliario en Madrid y Barcelona ha experimentado grandes cambios en los últimos años, en los que, en especial la capital española ha comenzado a transformarse en una ciudad cosmopolita que sigue los pasos de otras capitales europeas, como París o Londres. Un cambio que no ha sido bien entendido por algunos partidos políticos, como Podemos.

De hecho, con Ada Colau en el consistorio de Barcelona, los promotores están acelerando la construcción de viviendas por temor a que la nueva normativa que ultima el Ayuntamiento para forzar la construcción de vivienda protegida con inversión privada hunda el negocio.

Pese a todo, los fondos no han variado sus planes de inversión en España hasta la fecha, ya que consideran que en este país «las leyes han funcionado hasta el momento», afirman fuentes del sector financiero. Su inversión ha sido determinante para salir del bache inmobiliario, puesto que sin ellos no habría sido posible absorber los 150.000 millones de euros en carteras inmobiliarias fallidas que llegó a tener la banca española en sus balances en 2012.  Cifra que representa nada menos que casi el 15% del PIB.

Sin embargo, los continuos ataques del socio de Gobierno de Pedro Sánchez a su actividad «están ahuyentando nuevas inversiones», según reconocen las citadas fuentes. Un panorama que amenaza con empeorar tras las medidas esbozadas en el borrador de Presupuestos Generales del Estado 2019 pactado entre Sánchez e Iglesias.

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