FNAC regala un libro para niños que ensalza a Podemos y compara a la banca con Bárcenas
El cliente que adquiere dos libros de ensayo en formato de bolsillo en FNAC durante estas semanas se encuentra con una peculiar sorpresa. El cajero encargarlo de cobrarle le introduce, junto a los volúmenes adquiridos, un ejemplar de Colorama. Pinta y colorea la vida moderna, una obra del periodista Noel Ceballos y el ilustrador Cristóbal Fortúnez con prólogo de Joseph E. Stiglitz. En este librito para colorear, orientado a un público infantil, se ensalza a Ada Colau y Manuel Carmena, al tiempo que se carga contra el capitalismo y la banca.
Desde FNAC matizan y dicen que el libro está orientado a un público adulto y no a niños, y dicen que no se vende en la sección infantil.
Aunque el libro tiene un precio al público de 7,50 euros, se regala a los compradores de dos ensayos en formato de bolsillo en virtud de un acuerdo entre FNAC y la editorial Blackie Books.
El librito para dibujar vende ideología con un maniqueismo muy simple. Cuanto más a la izquierda, mejor, cuanto más tenga que ver con el capitalismo o sea de derechas, peor. En la categoría de buenos entran políticos españoles y extranjeros. Ejemplo de ello es el capítulo dedicado a Manuela Carmena y Ada Colau, descritas como: “Las alcaldesas épicas”.
Se dibuja a ambas en una postura sacada de la serie de animación Bola de Dragón y se las describe como “dos heroínas del pueblo que han traído vientos de cambio a las administraciones”. Varoufakis, al que se identifica como “el nuevo héroe del pueblo griego” es identificado con John McClaine, el duro protagonista de la saga La jungla de cristal interpretado por Bruce Willis. Se le alza a una altura comparable a la de Aristóteles, Platón, Pericles o el cinematográfico Zorba en el “imaginario heleno” y se ensalza su “resistencia casi numantina a las presiones de la troika”.
En el capítulo de los malos hay lugar para personajes de carne y hueso y para símbolos. Los muñequitos del Happy Meal, el menú infantil del McDonald’s, son descritos como: “La trampa ecuménica más sabrosa del capitalismo”. No falta un retrato negativo de los bancos. Bajo el título de “En Europa, la banca siempre gana” son retratados con un peculiar dibujo.
La banca es representada por un personaje, con un sorprendente parecido a Luis Bárcenas aunque con bigote, que con cara de pocos amigos mira un fajo de billetes de 500 euros que tiene en la mano al tiempo que fuma un cigarrillo y tiene sobre la mesa un tablero del Monnopoly (aunque los autores evitan dar el nombre del juego).
El retrato de la canciller alemana es muy duro. En el dibujo sale poco favorecida, pero el texto es incluso más agresivo contra ella. Bajo el título de “Angela Merkel, el rostro por el que zarparon los mil recortes”, se le proclama: “Emperatriz Europea de Facto”. Se critica su gesto con las manos, “posiblemente un ancestral símbolo de poder, o quizás una suerte de talismán protector para atemperar a Los Mercados”. Se recuerda hasta “el monto en que hizo llorar a una niña”.
El retrato de Merkel contrasta con el que se hace del prologista del librillo: “Joseph E. Stiglitz: reflexionando sobre la globalización”. Aunque no lo dicen, este economista es asesor de Podemos, partido al que están vinculadas Ada Colau y Manuela Carmena en sus candidaturas de las últimas elecciones municipales.
FNAC, una empresa de origen ideológico
A pesar de haber cambiado de dueños, FNAC parece mantenerse fiel al fuerte posicionamiento ideológico de izquierdas de sus fundadores. La empresa fue creada como una cooperativa por los militantes trotskistas André Essel y Max Théret en 1954. El compromiso con esa corriente del comunismo era tan firme que uno de ellos, Théret, llegó a formar parte del grupo de guardaespaldas de Trotsky después de la Guerra Civil española.
En su origen FNAC (iniciales de Federation Nationale d’Achats des Cadres) era una cooperativa de compras especializada en productos fotográficos que aplicaba descuentos del 15% a sus socios. Posteriormente se abrirían a otros productos, y al público en general. El gran salto se produjo en 1974, cuando se lanzaron al mercado de los libros con grandes descuentos, en aquel momento algo permitido en Francia.
A mediados de los años 90 la empresa cambió de manos. Sin embargo, cuando se visita sus establecimientos en los estantes de libros sigue predominando la presencia de autores de izquierdas frente a otros, tanto liberales como conservadores, por ejemplo.
Las fuentes de FNAC aseguran, sin embargo, que no existe ninguna orientación ideológica. Sostienen que su catálogo de libros responde a un equilibrio político y que incluye autores de todo tipo de pensamiento.