Las familias elevan su peso en la Bolsa española hasta el 17,1% tras cinco años a la baja

Familias Bolsa
Siluetas de una familia.

El peso de las familias en la Bolsa española aumentó el año pasado hasta representar el 17,1% de la inversión total, un punto porcentual más que en 2019. Con este incremento, la participación de los particulares en la renta variable nacional rompe una racha de cinco años consecutivos de descensos por el creciente peso de los fondos de inversión en las carteras, beneficiados por un tratamiento fiscal ventajoso.

Según el Informe Anual sobre Propiedad de Acciones de empresas españolas cotizadas elaborado por el Servicio de Estudios de BME, los inversores internacionales concentraron el 49,9% de la inversión bursátil en 2020, tres décimas por debajo del máximo histórico marcado en 2019. No obstante, en una década los inversores extranjeros han aumentado en más de diez puntos porcentuales su peso en la Bolsa española.

En este capítulo destaca el Fondo Global de Pensiones de Noruega, cuya inversión en compañías cotizadas de la Bolsa española se acerca a los 12.000 millones de euros. Los datos de propiedad de acciones al cierre de abril que proporciona el Banco de España anticipan una caída de la participación de los inversores no residentes de seis décimas.

El informe elaborado por BME apunta que este descenso podría mostrar la penalización fiscal que han sufrido las acciones de cotizadas españolas con el impuesto a las transacciones financieras, que empezó a aplicarse en enero.

Por delante de las familias, las empresas no financieras se situaron nuevamente en 2020 como el segundo colectivo con mayor peso en la Bolsa española, con un 21% del total, dos décimas más que el año anterior, pero todavía lejos del máximo histórico del 26,1% alcanzado en 2010. Las instituciones de inversión colectiva (fondos y sociedades de inversión) controlaban un 6,4% de la capitalización bursátil al cierre de 2020, nueve décimas menos que en 2019. Las Administraciones Públicas españolas poseían un 2,9% del mercado bursátil al término del año pasado, una décima más que en el ejercicio anterior.

Según Domingo García Coto, director del Servicio de Estudios de BME, «una fiscalidad competitiva de los activos financieros españoles permitiría a nuestra economía aprovecharse de flujos de capital internacional fuertemente crecientes en los últimos años y apalancar de este modo el efecto del Fondo de Recuperación europeo».

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