España dice que la posición inmovilista de 11 países de la UE en el mercado eléctrico «no tiene mucho sentido»
«No tiene mucho sentido». Así se ha referido este martes la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, sobre la postura inmovilista que mantienen 11 países de la Unión Europea de cara a la reunión de los ministros de Energía de la UE. Liderados por Alemania, un bloque de 11 países de la Unión no quieren intervenir en el mercado eléctrico pese a la actual subida en el precio de la luz y abogan porque cada nación utilice sus propias reglas internas para paliar esa subida.
«No tiene mucho sentido puesto que ya sabemos que va a haber un análisis» del mercado eléctrico y del mercado de ETS, según quedó reflejado en las conclusiones aprobadas por el Consejo Europeo de la pasada semana, declaró Aagesen a su llegada a un Consejo extraordinario de Ministros de Energía que se celebra en Luxemburgo.
La Comisión Europea, que ha presentado unas medidas a corto plazo que no gustan a España, ha encargado sendos análisis para verificar si existen mal funcionamiento en los mercados, como cree España, que deberían de concluirse el próximo mes de abril, pasado el invierno.
Sin cambios a corto plazo, la UE sí debatirá medidas a medio y largo plazo, como esa posible revisión de los mercados.
Sin embargo, antes del inicio del Consejo de Ministros en Luxemburgo, nueve países (Alemania, Austria, Dinamarca, Luxemburgo, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia y Países Bajos) a los que se han sumado también Bélgica y Suecia firmaron una declaración pidiendo que no se intervengan los mercados del gas y la electricidad, y en particular que no se toque el sistema marginalista.
Medidas contundentes
Frente a esa postura, España reaccionó con otro documento en el que propone medidas «contundentes» como la posibilidad de desacoplar los precios del mercado de la electricidad y fijar un precio límite del gas natural en situaciones «excepcionales», así como diseñar un mecanismo de compras conjuntas para situaciones de emergencia.
«Creemos que el funcionamiento del mercado eléctrico, del mercado del gas y del mercado de derechos de emisión tiene que ser revisado», dijo.
España insistió en que es necesaria «una respuesta global, una respuesta europea, ante un problema extraordinario que está afectando a toda la economía» y «especialmente importante para Europa en plena recuperación económica», que requiere una reacción «extraordinaria» con medidas «muchísimo más ambiciosas y adecuadas al contexto actual».
La posición española reflejada en ese documento no cuenta por ahora con ningún apoyo a esa nueva propuesta, pero cuenta con recabar respaldos entre los países mediterráneos y del sur de Europa. «Lo están analizando. Esperamos que tengamos apoyos en los próximos días», señaló Aagesen.
La secretaria de Estado española señaló que España quiere «convencerles con hechos» a esos once países contrarios a cambios bruscos en el mercado, sobre la repercusión que tiene el sistema marginalista en los consumidores en momentos de crisis de precios como el actual.
«Un porcentaje muy pequeño del marginalismo (en torno a un 20 % de la generación eléctrica está vinculada al gas) está ofreciendo a España precios altísimos del mercado mayorista», dijo Aagesen, quien insistió en que la situación empeora cada día y requiere «acciones urgentes».