Empresas catalanas rumbo a Aragón: la Cámara de Comercio de Zaragoza recibe un aluvión de consultas
Varias empresas catalanas están consultando a la Cámara de Comercio de Zaragoza las posibilidades que ofrece la provincia para poder mover sus domicilios sociales de Cataluña a Aragón. Así lo ha indicado en presidente de la institución cameral, Manuel Teruel, al ser preguntado por la situación de las compañías catalanas ante la posibilidad de la declaración unilateral de independencia en la comunidad.
«Se están realizando consultas directas sobre las posibilidades de aquí -en Zaragoza-, sobre posibles tramitaciones y peticiones de consejo», ha precisado Manuel Teruel este viernes en una rueda de prensa en la sede de la Cámara de Comercio en la capital aragonesa.
Así, ha explicado que es evidente que el decreto ley que acaba de aprobar el Gobierno es para facilitar que las empresas puedan trasladar su domicilio social y que puedan hacerlo sin que la decisión requiera la aprobación de la junta general de accionistas de la compañía, lo que abre la puerta a que haya más deslocalizaciones de compañías que mantienen sus sede social en Cataluña.
El decreto del Gobierno «puede suponer un antes y un después»
En este contexto, Manuel Teruel ha reconocido que se están produciendo «muchas consultas» de empresas que preguntan por la posibilidad de cambiar su sede social. Además, ha agregado, hay «muchas domiciliaciones» en bancos y oficinas fuera de Cataluña. Por ello, ha recalcado que el decreto del Gobierno puede suponer «un antes y un después».
Asimismo, ha asegurado que hay «muchísima» preocupación en las empresas, además, ha supuesto que se producirá una «reacción social» hacia determinadas marcas. «Estamos hablando de dos cosas, una que es la quiebra social que se está produciendo en Cataluña, que es realmente muy complicada, pero también hay otro efecto que es la desafección que se puede producir del resto de España hacia Cataluña», indicó. En este contexto, ha considerado que es importante que «cuanto antes» se reconstruya la situación para que afecte lo menos posible a la marca España.
Respecto a los bancos que están cambiando su sede social, ha defendido que la razón está en que son «los más sensibles a cualquier tipo de movimiento económico». Ha afirmado que el 5% de los fondos propios de las entidades financieras son dinero prestado, y el lugar en el que se fondea la banca española es en Banco Central Europeo (BCE), por lo que si Cataluña decide declarar la independencia de forma unilateral y hay salida de capital, los bancos tendrán que recurrir al BCE para mantenerse durante el periodo de transición. «Es una maniobra de salvaguardar los intereses de los inversores y de los accionistas», indicó.
Para Manuel Teruel, si «el mundo de la economía» hubiera sido antes más proactivo, habría ayudado a que «no se hubiese producido esta locura en Cataluña». En este punto, ha incidido en que el sentimiento de independencia es «legítimo», pero la forma es la que es «condenable».
Quiebra social
El presidente de la Cámara de Comercio y de la Feria de Zaragoza ha lamentado que la situación que se ha producido en Cataluña es «muy desagradable», sobre todo por «la quiebra social». «Ver universitarios diciendo que saltarse la Constitución es legítimo y normal nos dice mucho hasta qué punto se ha producido una situación de irracionalidad colectiva». Aunque se ha mostrado convencido de que el porcentaje de personas que piensan así es más bajo del que se cree.
Sobre la solución, ha reconocido que «cada uno tenemos nuestra receta», pero que lo hay que hacer es cumplir la ley. «Si esto fuera un país dictatorial o de represiones, sería otro planteamiento, pero estamos hablando de un país de los más democráticos del mundo y administrativamente de los más descentralizados».
Por ello, ha abogado por «cumplir la legalidad» y, desde ella, realizar cambios. Ha agregado que algunos de los argumentos que se esgrimen para la independencia son «muy injustos». Ha citado las diferencias que hay entre algunas comunidades y ha mencionado que Teruel todavía está a la espera de una buena línea de ferrocarril.