Inversión

Las dudas de Draghi y Powell atascan al euro y al dólar

La Fed mejora sus perspectivas de crecimiento e inflación pero descarta subidas de tipos hasta el 2023
La Fed mejora sus perspectivas de crecimiento e inflación pero descarta subidas de tipos hasta el 2023

El euro perdió en 2018 más de un 8%, aunque más que por sus propias miserias fue por la fortaleza de un dólar alimentado por cuatro subidas de tipos de una agresiva Reserva Federal frente a un BCE que aún daba sus primeros pasos de normalización monetaria confirmando la finalización del QE. Pero el cambio de tono hacia un lenguaje más dovish por parte de Jerome Powell en este 2019 con su mensaje de “wait and see”, de esperar a ver cómo evolucionan los datos antes de volver a subir los tipos, debería haber cambiado las tornas.

Hemos pasado de anticipar en septiembre del pasado año 3 subidas de tipos por parte de la Fed y una por parte del BCE para este ejercicio, a tan sólo una o ninguna por parte de ambos bancos centrales, un equilibrio de fuerzas que sin embargo lejos de dar alas al euro está provocando más bien algo más inusual: debilidad de ambas divisas ante las dudas que afrontan sus bancos centrales.

En el caso europeo el motivo es claro, la desaceleración económica con frenazo de Alemania y entrada en recesión de Italia. El propio BCE ha recortado previsiones de crecimiento en dos de sus últimas tres reuniones, anticipando que los datos van a seguir siendo más débiles de lo que esperaban, al menos en el corto plazo. Una visión que probablemente va a mantener el organismo presidido por Mario Draghi en su reunión de este jueves junto a su principal mensaje de que los tipos seguirán en mínimos hasta una vez pasado el verano de 2019, ambigüedad que utiliza el banquero italiano para no detallar cuándo llegará la primera subida que el mercado empieza a situar más bien en 2020 ante las dudas en torno a la debilidad del crecimiento.

Tan mal pinta la cosa para la economía que de hecho, algunos de sus miembros, han pedido reabrir el debate sobre una posible nueva ronda de liquidez a la banca, los conocidos como TLTROS, tal y como admitió el propio Draghi en enero. Un debate que debería comenzar precisamente en esta reunión, según avanzaba hace dos semanas el economista jefe del banco, Peter Praet, deslizando además que el QE sigue estando a su disposición a pesar de que tan sólo han pasado dos meses desde su finalización, lo que revela a las claras la dificultad de la situación.

La Fed sin embargo se mueve en otro escenario y con otras motivaciones distintas, aunque en la misma dirección. La economía norteamericana de momento se muestra inmune a la desaceleración económica global, sigue mostrando fortaleza en sus datos, y el cambio tiene más que ver con el propio giro que ha dado el organismo presionado por varios factores.

Por un lado una guerra comercial con China que sigue siendo un foco de incertidumbre, a pesar del optimismo creciente ante un acuerdo. Por otro, la presión de Donald Trump con sus constantes críticas a la Reserva Federal por subir los tipos demasiado rápido, la última vez esta misma semana, y el propio cambio de tono de Powell, presionado por los dos primeros factores, asegurando que los tipos están ya cerca de niveles neutrales. O lo que es lo mismo, que de momento paraliza las subidas de tipos, un mensaje que está frenando y debilitando al dólar en este 2019.

En definitiva, vuelven los bancos centrales y con ellos las dudas y la incertidumbre en torno a la economía, la inflación y la política monetaria, y por ende, sobre el euro y el dólar. Draghi y Powell tendrán la úlñtima palabra.

Guillermo Uribe, Director de Audiomercados

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