Crisis energética

El día en que la luz costó 10.000 euros: durante el partido de Champions Liverpool-Barcelona de 2019

Barcelona Liverpool
Divock Origi celebra el gol del Liverpool que eliminó al Barcelona de la Champions League. (Getty)
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Los casi 100 euros que ha alcanzado el megawatio esta semana en España por el temporal han provocado la lógica alarma social y han vuelto a dejar en evidencia el Gobierno. Pero hubo un precedente mucho más escandaloso, si bien muy breve: el día del partido de Champions League entre el Liverpool y y el Barcelona en 2019, donde el precio de la electricidad se disparó hasta 10.000 euros durante una hora.

Dicho enfrentamiento se disputó en Anfield el 7 de mayo de 2019. Como se recordará, el equipo español traía una cómoda ventaja de 3-0 en el partido de ida disputado en el Camp Nou, por lo que se daba por hecha su clasificación para la final del torneo, donde intentaría suceder al Real Madrid como campeón de Europa. Pero el equipo azulgrana vivió su segunda noche negra europea consecutiva (el año anterior había perdido 3-0 con la Roma y al siguiente iba a ser goleado 8-2 por el Bayern de Munich) y acabó cayendo por 4-0, con un último gol de córner que pilló a la defensa culé desprevenida y dio la vuelta al mundo.

En otras noches de partidos europeos importantes, las estimaciones de consumo son altas y Red Eléctrica (REE) está más preparada. Pero en ese caso concreto, dado que era primavera -no había necesidad de poner la calefacción o el aire acondicionado- y que no se esperaba una gran audiencia para un partido que se consideraba intrascendente, las previsiones de demanda de la empresa que gestiona el sistema para esa noche eran muy bajas. Ahora bien, cuando empezaron a caer uno tras otro los goles en Liverpool, toda España se pegó al televisor con incredulidad ante lo que parecía imposible, y la demanda de electricidad se fue a la estratosfera entre las 20 y las 21 horas: hubo una desviación de 1.100 megawatios (que es mucho) respecto a la prevista.

No había tiempo para incrementar la producción con las fuentes de generación que en ese momento estaban en marcha (además, de noche no hay fotovoltaica). Además, se produjeron otras incidencias, como la caída de un ciclo combinado que dejó de aportar 719 mW y una generación eólica inferior a la prevista en 1.600 mW. Es decir, la producción cayó justo cuando la demanda se disparaba. Así que Red Eléctrica se vio obligada a tirar de un procedimiento de emergencia: lo que se conoce tradicionalmente como «restricciones técnicas», que ahora se han rebautizado como «servicios de balance».

El procedimiento de emergencia de Red Eléctrica

En las subastas diarias que fijan el precio del megawatio para el día siguiente existe un tope máximo de 200 euros. Pero en este mecanismo, al tratarse de una situación excepcional de urgencia, se puede llegar hasta 10.000 euros. Y eso es lo que ocurrió la noche de aquel partido, cuando Red Eléctrica se vio obligada a aceptar 9.999,99 euros que pidieron Iberdrola y Energya VM para que no se fuera la luz en media España y los aficionados se quedaran sin ver el histórico cuarto tanto de Divock Origi.

Un experto en el mercado eléctrico explica que «en algunas ocasiones, falla la planificación porque no entra suficiente producción o sube o baja inesperadamente la demanda». Y añade que «hay productores que tienen unos costes elevados de generación y que, por eso, no entran en las subastas normales cuando el precio es bajo. Solo ofertan en restricciones por si suena la flauta y hay una emergencia que obligue a tirar de ellos, y ahí pueden pedir hasta 10.000 euros».

Eso fue lo que ocurrió en aquella fatídica noche para el barcelonismo. Duró solo una hora, por lo que apenas se notó en el recibo de la luz de ese mes (los consumidores pagan la desviación de la demanda respecto a la previsión de REE), pero sirvió para marcar el récord histórico del precio de la electricidad en España. Las eléctricas responsables de la indisponibilidad repentina de su producción, Axpo y Engie, también tuvieron que pagar importantes cantidades en una especie de sanción que prevé el sistema.

El precio de la luz y el de los tomates 

Como ha venido explicando OKDIARIO, en España tenemos lo que se denomina un sistema de precios «marginalista» porque es el precio marginal (el último que entra en la subasta diaria) el que define el coste del megawatio. Es decir, las eléctricas calculan la demanda y las fuentes de generación que esperan que estén activas al día siguiente, y ofertan un precio. Red Eléctrica va cogiendo volumen de energía de acuerdo a sus propias previsiones -calculadas mediante un algoritmo- de más barata a más cara. Cuando la generación renovable (la más barata) es suficiente para atender la demanda prevista, el precio es muy bajo. Pero si es necesario incluir las llamadas energías de reserva -el carbón y sobre todo el gas, que son mucho más caras- porque se espera mucha demanda o poca producción renovable, este precio sube. Que es lo que ha ocurrido esta semana. Luego se ajusta al día siguiente con la demanda real porque hay un mercado intradiario de electricidad.

Otro experto consultado explica que este sistema, que impera en casi toda la UE, está hecho para penalizar las energías contaminantes, que además del coste de su materia prima, deben pagar derechos de emisión de CO2. Como en España no hay otras energías de reserva como la nuclear, usada masivamente en Francia y, en menor medida, en Alemania, no hay más remedio que tirar de generación ‘sucia’ y cara. También tiene la ventaja de que los agentes económicos pueden ajustar su comportamiento: las empresas que hacen trading con el gas traerán buques a España y así bajará su precio, y los consumidores reducirán su demanda para que no se dispare su recibo.

«En el fondo, todos los mercados son marginalistas», asegura una de las fuentes. Y pone un ejemplo gráfico: «Si un productor de tomates tiene un coste de producción de 1 euro el kilo y el del puesto de al lado en el mercado lo tiene de 1,70, el primero no va a vender sus tomates a 1,05 euros, sino a 1,65; más barato que su competidor para que los clientes vengan a su puesto, pero solo un poco. De esta manera se queda con los 65 céntimos de margen, porque sabe que el otro productor no puede ofrecer un precio más bajo. ¿Por qué vender a un euro si sabes que puedes vender los tomates a 1,65? Pues con la luz pasa lo mismo.»

Donde los expertos sí consideran que podrían tomarse medidas es en el sistema para los casos de emergencia. «Lo lógico sería tener un precio de mercado ordinario y otro de reserva al margen del mercado para que esté ahí siempre cuando se necesite». En Suecia, por ejemplo, en vez de cerrar las centrales obsoletas, se mantienen abiertas para que entren en funcionamiento en caso de emergencia. Lógicamente, se les paga una cantidad por esa disponibilidad durante todo el año, pero así se evita que los productores pidan 10.000 euros (de hecho, ahora el máximo ha subido a 100.000) la próxima vez que el Barcelona sea eliminado por sorpresa en la Champions.

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