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La cúpula de Bankia se abre a una fusión tras el desplome en la rentabilidad y el derrumbe de su acción

Del "no hay nada encima de la mesa" de Goirigolzarri al "somos favorables en general a las fusiones" han mediado tan sólo unos meses y los efectos de la pandemia que han derrumbado la rentabilidad de Bankia así como su valor en Bolsa.

Bankia.
Bankia.

Muy poco tiempo ha pasado del categórico «tenemos que ir a un proceso de privatización de Bankia» que pronunció su consejero delegado, José Sevilla, en 2019, al mucho más ambiguo «en Bankia siempre hemos estado a favor de las fusiones, como prueba nuestra operación con BMN» que pronunció el mismo Sevilla este martes. Durante la presentación de resultados del segundo trimestre, el CEO del banco público mostró que la situación ha cambiado. Bankia ya reconoce públicamente que está en la pista de despegue para una operación corporativa con otro banco.

En este tiempo, el impacto de la pandemia ha añadido estrés a las cuentas del sector y empuja definitivamente a Bankia a la operación corporativa, pero con muchas incertidumbres. La acción ha caído un 50% en los primeros seis meses del año pasando de 1,9 euros a 0,9 por título. La última privatización que realizó el Estado a través del FROB (Fondo de Regulación Ordenada Bancaria, que posee el 61% del grupo) fue en 2017 y se hizo a 4,01 euros. Desde entonces los títulos se han desplomado un 75% y vender a estos precios sería ruinoso.

El Estado inyectó 24.000 millones de euros en Bankia en 2012 y desde entonces se han recuperado unos 5.000 millones. El resto de la entidad está valorado a unos precios irrisorios que harán imposible recuperar lo aportado por el FROB.  Si se tiene en cuenta que el Estado ha pagado de media unos 11 euros por acción por Bankia desde su rescate en 2012 -teniendo en cuenta el ‘contrasplit’ de 2015 en el que se agruparon cuatro acciones de Bankia en una- se puede hacer un cálculo de la minusvalía con estos precios.

Desplome de la rentabilidad

El derrumbe de la acción de Bankia descarta definitivamente el plan marcado desde 2013 con el Ministerio de Economía de Luis de Guindos para su venta. Pero no supone tanto drama para la entidad dado que la reducción del valor de sus acciones es algo generalizado en toda la banca española. Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankinter y Banco Sabadell han sufrido caídas iguales que Bankia o incluso superiores, lo que ha dejado sus valoraciones hasta un 90% por debajo de su valor en libros como en los casos de Sabadell y la propia Bankia.

Sin embargo, el covid-19 ha venido con otro efecto dramático para el banco público heredero de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas regionales de Ávila, Segovia, Las Palmas de Gran Canaria, Mataró y La Rioja. Bankia ha visto en este último trimestre como su rentabilidad se ha hundido con una fuerza y hasta niveles nunca vistos. Según sus resultados del segundo trimestre publicados este martes, el ROE (que marca su beneficio atribuido sobre fondos propios) se ha volatilizado en dos terceras partes hasta quedar en un nimio 2,2% frente al 6,3% de hace un año. De no ser por las millonarias provisiones que ha hecho el banco de José Ignacio Goirigolzarri, esta cifra de rentabilidad ROE sería del 5,6%.

Aumento de la morosidad

Preguntado por este hecho en la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados, Sevilla ha indicado que la rentabilidad de Bankia le permite continuar en solitario y que su principal objetivo es continuar mejorándola. Sin embargo, ha reconocido que en este entorno de bajas rentabilidades de las entidades la fusión es casi el único camino. La tendencia de Bankia en los próximos meses va a ser el aumento de la morosidad en cuanto se vayan terminando con el fin de las moratorias de créditos al consumo e hipotecarias.

El banco verde está centrado sobre todo en segmentos del mercado donde hay menos rentabilidad. Singularmente las hipotecas, que ocupan más del 50% de su portafolio de créditos y que con los tipos de interés negativos no aseguran mucho margen.

Sabadell, BBVA o Caixabank

Los mercados han especulado durante los últimos meses con Sabadell, BBVA o Caixabank como posibles parejas de baile de Bankia, que por la especial situación de su accionariado con presencia pública es el principal candidato a participar en una fusión que acabe con la salida del Estado de su capital. Este periódico informó hace unas semanas del acuerdo político entre PSOE y PNV para que BBVA absorbiera Bankia y se trasladaran parte de los centros de decisión a Bilbao. Pero no es la única posibilidad.

Durante meses anteriores, Banco Sabadell ha sido otro de los candidatos a unirse con la entidad pública. La ventaja del banco de Josep Oliu es su complementariedad con Bankia, pues está muy centrado en banca de pymes y empresas mientras que Bankia es fuerte en el sector minorista y en fondos. Barclays señalaba a principios de junio que esta fusión sería la más rentable y también la que menos despidos necesitaría.

Por último, el propio José Sevilla mencionó el pasado año la posibilidad de Caixabank, aunque lo encuadró en rumores del mercado sin fundamento.

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