Cuerpo tantea a la banca para modificar el impuestazo que Sumar se niega a tocar
El sector no pierde la confianza en que el ala socialista del Gobierno termine apostando por un cambio en el tributo extraordinario
El nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, planteó a los presidentes de las entidades bancarias con las que se reunió el pasado lunes la posibilidad de rediseñar el Impuesto extraordinario del sector, según ha podido conocer OKDIARIO de fuentes cercanas a los encuentros. El estrenado ministro socialista y sucesor designado por Calviño limó asperezas en su primera aproximación oficial con la banca, inaugurada con los presidentes de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri; de Kutxabank, Antón Arriola; y de BBVA, Carlos Torres; y que hoy proseguirá con el Sabadell y Unicaja y casi seguro el próximo jueves, con Ana Botín, presidenta del Santander.
El impuestazo de la banca nació a finales de diciembre de 2022 con un horizonte temporal de dos años que finalmente se prorrogará, tal y como acordaron los partidos que conforman el actual Ejecutivo de Sánchez. Mientras Sumar presionó para que el gravamen no sufriese cambios, el sector apremió durante los últimos meses al ala socialista del Gobierno para que, al menos, este tributo grave los beneficios y no los ingresos.
El ministro volvió a atender el reclamo de las entidades financieras en las reuniones que ocuparon toda su agenda del pasado lunes. Según fuentes cercanas a los directivos presentes, «la escucha activa de la cabeza de Economía podría traducirse en un cambio regulatorio en los próximos meses». O, al menos, esa fue «la sensación» con la que salieron las cabezas de las entidades bancarias de las audiencias con Cuerpo, según aseguran a este periódico las mismas fuentes.
Tras el rifirrafe entre la exministra Calviño y la líder de Sumar por la conveniencia de modificar o no la tasa bancaria, lo cierto es que fuentes del Gobierno tan sólo se atreven a asegurar a este periódico que «el impuesto será finalmente permanente». Por tanto, 2025 no será el último año de tributación, liquidado con el margen de intereses y comisiones netas en España del año anterior, es decir; del presente 2024. Eso sí, la nueva dirección de Economía, continuista con el legado de Calviño, no se cierra a modificar el impuestazo, pese a las diferencias con el ala comunista del Gobierno representado por la cabeza de Trabajo, Yolanda Díaz.
Coste de la prórroga del ‘impuestazo’
En todo caso y si el impuestazo no es modificado, su prórroga podría impactar sobre el precio de la acción y los dividendos de 6 millones de accionistas minoritarios, tal y como la propia banca explicó a este periódico.
Pase lo que pase, sea este tributo instaurado como permanente o su arquitectura modificada, las entidades bancarias tienen claro que no se llevarán su sede fiscal a otro Estado miembro «por la crisis reputacional» que dicha decisión podría generarles, según explican fuentes de una de las principales entidades bancarias de España. En este sentido, subrayan que «el Gobierno sabe perfectamente que en los servicios financieros es muy importante la fidelización del cliente». «Ellos saben que no nos vamos a arriesgar a perderlos, máxime con el incremento de entidades bancarias menores de nuestra competencia directa, que tiran los precios para atraer clientes a la desesperada», apuntalan.
Por todo lo anterior, las fuentes cercanas a los presentes en las primeras reuniones con Cuerpo dejan claro que «la intención de un acercamiento con nosotros es siempre bien recibida». Ahora bien, dicha intención «debería materializarse con hechos, con cambios regulatorios y, en concreto, con una modificación sustancial de la arquitectura de este impuesto» que, en su opinión, les impusieron «por la puerta de atrás a finales de 2022, sin tiempo de reacción para nuestras cuentas, para crear provisiones por este gravamen extra que no nos esperábamos».
Piden que, de acometerse alguna reforma sustancial en el impuestazo, se negocie cuanto antes para que la misma pueda entrar en vigor este ejercicio y mejorar así su cuenta de resultados, al menos, del próximo 2025.