Aceite de oliva

China rechaza el aceite de oliva español por su precio: las exportaciones se hunden un 70%

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China

El aceite de oliva se enfrenta a un amargo trago en China con un desplome en las exportaciones de más del 70% en el último año. En concreto, se pasó de vender 42,7 millones de kg (46,5 millones de litros) del ‘oro líquido’ al gigante asiático en 2022, a tan sólo 10,9 millones de kg (11,8 millones de litros) en 2023. Una caída significativa que ha hecho perder a uno de los pilares del sector agroalimentario en torno a 100 millones de euros, según la base de datos de estadística del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Tras un año de cosechas reducidas, los precios del aceite de oliva en origen experimentaron un repunte considerable, llegando a los 9 euros el litro, justo el doble de su costo en 2022, lo que provocó un encarecimiento del producto final para el mercado chino «que mira más por el precio que por la calidad», por lo que fue «decayendo su consumo», señala Juan Luis Ávila, responsable de olivar de COAG Andalucía -Coordinadora de Agricultores y Ganaderos-. Justo lo contrario que sucede en la mayoría de los mercados, «donde valoran más la calidad».

Aunque Ávila tranquiliza al sector y explica a OKDIARIO que al ser una «pérdida sensible al precio», cuando se vuelva a un escenario «de normalidad», «regresaremos a las cifras anteriores a la caída de las exportaciones». Detrás de este desplome no se esconde un rechazo frontal del producto por parte de los consumidores chinos, sino más bien una tormenta perfecta de factores económicos y logísticos. El principal culpable parece ser el aumento de los precios del aceite de oliva español, consecuencia de un año de cosechas reducidas. Esto ha causado pérdidas millonarias. Concretamente, el mercado exportador español del aceite de oliva ha pasado de ingresar 168,6 millones de euros en 2022 a sólo 69,9 millones.

Este encarecimiento, sumado a las dificultades logísticas y el aumento de los costes de transporte derivado de la pandemia y las tensiones geopolíticas, ha convertido al aceite de oliva español en un producto prohibitivo para muchos consumidores chinos. Por si fuera poco, la apreciación del yuan frente al euro ha hecho que, también, las exportaciones españolas sean menos competitivas en China, reduciendo el margen de beneficio para las empresas exportadoras.

«Esta cosecha se prevé que será mucho mejor de la que hemos tenido estos años atrás»

De cara a la cosecha de este año, Ávila se muestra optimista: «La regulación de los precios se va a producir en el momento en que tengamos cosechas normales». Y «esta cosecha se prevé que será mucho mejor de la que hemos tenido estos años atrás», aunque es cierto «que venimos de un escenario donde hemos tenido las existencias más bajas de la historia» en España. «Nunca antes habíamos tenido esta situación en el mercado», afirma.  En relación con el empleo, «hemos reducido muchísimo los jornales», y hay «muchas familias que llevan dos años malviviendo, tirando de recursos y endeudándose en el banco».

Cosechas «sin precio»

El responsable de olivar de COAG en Andalucía teme que ante este panorama, se produzcan «cosechas sin precio», «como ha pasado en otras campañas», detalla. Ávila explica a este diario que antes de la subida de precios «estábamos vendiendo el litro de aceite de oliva a 1,80 euros el kilo, cuando nuestros costes de producción rondaban los 4 euros».

«Si la industria hunde los precios para ellos seguir manteniendo los márgenes vamos a volver al punto de partida»

«Si la industria hunde los precios para ellos seguir manteniendo los márgenes vamos a volver al punto de partida», es decir, «vamos a tener cosecha, pero si tenemos nuestros precios por debajo de los costes de producción no vamos a ir a ningún sitio». Y esto, recalca, lo ha estado haciendo la industria durante años de manera «impune».

Con todo, si de algo ha servido esta crisis, es que el consumidor valora el aceite de oliva «muchísimo más» de lo que la industria pensaba. El argumento que se ha dado tradicionalmente de: «Hay que tener el aceite barato porque si no, no se vende es absurdo». El consumidor sabe que el aceite de oliva «no es una grasa para cocinar». El oro líquido, matiza el responsable de olivar, «no es sólo un alimento, es una fuente de salud básica y fundamental en la dieta mediterránea».

Respecto a la regulación de los precios, Ávila es claro: «La medida fundamental es la autorregulación. Es una norma ya aprobada, lo que hace falta es que se ponga una cifra». Para que «cuando se tenga una gran cosecha, nosotros podamos coger aceite y retirarlo del mercado -que es lo que dice la norma- y, como el aceite no es perecedero, sacarlo al mercado aquellos años en los que tengamos bajas cosechas».

Este mecanismo podría haber permitido, dado el escenario actual, «que no hubiéramos estado durante cuatro años vendiendo el aceite a 1,80 euros/kg en origen», con lo que «se habría evitado llegar a tener el aceite a 9 euros/kg en origen», sentencia el experto.

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