Así han cambiado los riesgos para las aseguradoras en 10 años: desde las inversiones hasta la tecnología

Hasta el año 2017, la tecnología no entró en el ranking de riesgos para la industria aseguradora y en los dos últimos años ha escalado de la tercera posición hasta la primera. En 2009, la principal preocupación para las empresas aseguradoras era la rentabilidad de sus inversiones. 

Así han cambiado los riesgos para las aseguradoras en 10 años: desde las inversiones hasta la tecnología
Empresas (Foto: iStock)

En los últimos diez años, el mundo ha cambiado a un ritmo vertiginoso. Al compás, el tejido empresarial a nivel mundial ha incorporado novedades acompañadas de nuevas amenazas. La tecnología se ha convertido en protagonista tras ganar terreno en todas las compañías, sin embargo, en algunos parece que empieza a coparlo todo. Es el caso de las compañías aseguradoras: la tecnología se ha convertido en la amenaza número uno durante los próximos dos años, según el informe Banana Skins 2019, elaborado por PwC, junto con el Centre for the Study of Financial Innovation.

Hasta el año 2017, la tecnología no entró en el ranking de riesgos para la industria aseguradora y en los dos últimos años ha escalado de la tercera posición hasta la primera. En 2009, la principal preocupación para las empresas aseguradoras era la rentabilidad de sus inversiones. 

La irrupción de la tecnología ha obligado a las empresas a modernizar sus sistemas y digitalizar sus modelos de negocio. La presión por ir a galope se ha traducido en que la tecnología es el mayor riesgo para las aseguradoras. Los directivos que participa en la elaboración del informe le han otorgado una puntuación media de 3,86, siendo 1 el riesgo más bajo y 5 el más alto. 

Las tecnologías ‘ganadoras’

La consecuencia de tomar una decisión errónea en el ámbito tecnológico puede tener un gran impacto en la compañía por el coste de oportunidad frente a la competencia, el incremento de vulnerabilidad o el desaprovechamiento de inversiones millonarias. Por ello, deben saber cuáles son las tecnologías ganadoras.

«Para acometer este proceso de modernización y renovación tecnológica no basta con realizar grandes inversiones de capital y reemplazar los antiguos sistemas por otros nuevos, sino que las aseguradoras deben ser capaces de priorizar y de saber cuáles son las tecnologías ganadoras por las que apostar y cuáles no», apunta Pedro Díaz Leante, socio responsable de Seguros en PwC.

Para dar con la fórmula secreta, en España»las principales entidades se encuentra en la actualidad abordando iniciativas orientadas a la transformación de sus sistemas core -implementando nuevas soluciones o bien estableciendo la estrategia para su abordaje», indica Armando Martínez Polo, socio responsable de Tecnología en PwC y especialista en el sector asegurador.

Ciberriesgos y gestión del cambio, en el top 3

A la tecnología, le sigue de cerca los ciberriesgos y los crímenes digitales, que se sitúan en la segunda posición -la misma que en 2017-. La posibilidad de sufrir un ciberataque sigue siendo una de las mayores preocupaciones de las aseguradoras, según detalla el informe, y se sitúa prácticamente al mismo nivel que la tecnología, como consecuencia de la avalancha de ataques en los últimos años y las graves consecuencias como las pérdidas materiales, apagones o pérdida de información.

La gestión del cambio se queda con el ‘bronce’ y hace referencia a la capacidad de las empresas para afrontar los desafíos digitales, la aparición de nuevos competidores, la necesidad de que se produzcan fusiones en el sector -para que las compañías ganen tamaño y obtengan más economías de escala-, y la reducción de costes. Según el informe, aquellas compañías de seguros que no sean lo suficientemente ágiles y no se muevan lo suficientemente rápido pueden acabar operando en negocios muy poco rentables.

Desde la regulación hasta los riesgos políticos

La regulación sigue siendo un tema polémico para la industria aseguradora. Este punto, un clásico en el informe, gana posiciones y se sitúa dentro del top 5, debido a los nuevos requerimientos regulatorios que pueden afectar al consumidor.

El ranking de los cinco primeros riesgos se cierra con las tasas de interés y continúa con el cambio climático, que antes pasaba desapercibido entre los riesgos para el sector asegurador. «La severidad de los fenómenos meteorológicos extremos -huracanes, tifones, inundaciones, sequías e
incendios- se encuentra detrás de este aumento de la preocupación. Incluso, algunos de los directivos del sector apuntan a que, en el futuro, estos riesgos producidos como consecuencia del cambio climático podrían ser muy difíciles o imposibles de asegurar».

La edición de este año del Banana Skins revela la importancia de los riesgos operativos, la rentabilidad económica y de las inversiones, y las tensiones políticas ante un escenario de incertidumbre. El riesgo político, situado en undécima posición, sube en el ranking y refleja el impacto que «la creciente ola de proteccionismo y las guerras comerciales podrían tener en los mercados aseguradores nacionales e internacionales», subraya el informe.

En contrapartida, y pese al ‘ruido’ que se ha generado sobre el Brexit, la separación entre Reino Unido y la Unión Europea sigue estando en cola de las principales preocupaciones del sector.

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