Vuelve a niveles de la recesión

La caída de la contratación indefinida se duplica a un ritmo del 7% en su peor registro en 6 años

El ritmo de caída de la contratación indefinida se ha acentuado en marzo a pesar del aumento de la afiliación media hasta niveles de 2008 y de la contratación en general. 

Cae la contratación indefinida.
Cae la contratación indefinida.

Si en febrero los contratos fijos en tasa anual cayeron un -3,21%, por primera vez desde 2013, en marzo se ha duplicado con creces esa debacle hasta el -7,04%. Es decir, si hace un mes se realizaron 4.864 contratos menos que hacía un año, ahora el descenso es de casi 13.627. Se trata de cifras que no se producían desde la segunda recesión (2013).

Esta modalidad de contratación estable, la pretendida por los trabajadores y por Hacienda y la Seguridad Social para aumentar sus ingresos, crecía hace un año a un ritmo del 8,42% y, por ejemplo, del 18,38% en 2017. Lo que confirma que sigue aumentando la precariedad y que empeora las expectativas oficiales de la última reforma laboral de incentivar la contratación indefinida. A ello se añade otro aumento espectacular de la contratación temporal del 5,27% frente al 2,20% de hace sólo un mes. Por tanto, aunque las cifras globales son llamativas ante el 28-A, la realidad es que sólo hay contrataciones para el empleo precario, por horas y en permanente rotación según la estacionalidad.

La contratación indefinida (179.821) representó en marzo el 10,5% del total de contratos realizados (1,7 millones), dos décimas menos que hace un mes y 1,2 puntos menos que hace un año. Lo que significa que las empresas están apostando ahora por otras modalidades que dan menos fijeza al empleo al aumentar la incertidumbre sobre la desaceleración económica advertida por la estadística oficial y también la situación política.

Por tanto, las sociedades vuelven a enrocarse en la contratación temporal para atender a sus picos de demanda y de actividad. Ni siquiera apuestan por convertir un contrato temporal, después de varios años de acumulación, en uno indefinido, y se despeña la contratación fija nueva. Así, se han realizado en marzo 7.978 contratos fijos iniciales menos (-6,6%) y 5.649 conversiones de eventuales menos (-7,82%) que hace un año. En todo caso, como suele suceder cuando la situación empeora, se ha empezado por los contratos fijos más precarios. Es decir, los contratos que más han caído son los fijos a tiempo parcial: casi 10.000 de ese descenso de 13.600. Por edad, esa reducción afecta sobre todo a contrataciones entre 25 y 44 años y son los servicios y la industria las actividades que menos contratan ahora indefinidamente. La estadística ofrece además otro dato interesante: por primera vez llega al 40% los contratos indefinidos a tiempo parcial que se hacen (71.000) frente a los de jornada completa (108.000).

En cuanto a los contratos temporales, refugio ahora del empleo que surge por la estacionalidad, también aumentan los referidos a tiempo parcial. Representan más de 34% (525.000) de los 1,5 millones de eventuales. La suma de contratos por horas, fijos y temporales, ofrece un dato preocupante: casi 600.000 de las contrataciones en marzo fueron a tiempo parcial. Se trata del 35%, una cifra que se produce también por primera vez.

Cae la contratación en Cataluña, sube en Madrid

De la contratación total (1,7 millones), con un crecimiento del 3,83% (63.000) por el alza de los temporales, llama la atención el descenso en 10.200 en Cataluña, la primera economía regional, mientras que en Madrid, el segundo PIB autonómico, ha crecido en más de 10.600. Lo que da idea de que el mercado laboral en Cataluña está paralizado, sea cual fuere su modalidad.

Respecto a la afiliación (155.000 más) y el paro (34.000 menos), es llamativo que el número de cotizantes aumente 4,5 veces más que la reducción del paro. Se debe a la posible reducción de la población activa cuando se atisban tiempos convulsos, ya que los trabajadores dejan de buscar empleo porque han  agotado la prestación,  no renuevan la demanda  o se han ido de España; y, sobre todo, a que las estadísticas no son homogéneas.

Se trata de afiliaciones medias en el mes, que retardan los datos de caídas laborales mientras que acentúan las alzas, mientras que el dato de paro es del último día del mes. A ello hay que añadir que en marzo la estadística se paró el viernes 29, es decir, no se computaron los habituales despidos de fin de mes. Es decir, no se computó en las afiliaciones ni el paro. En todo caso, el dato de paro es peor de hace un año. Pero, el de afiliación es mejor en 17.000 por varios factores distintos a los del mismo mes del año anterior en que Semana Santa se repartió a caballo entre marzo y principios de abril.

Así, por ejemplo, en marzo de 2019 ha irrumpido con fuerza la construcción, que es la que menos contrataciones indefinidas hace, con 15.000 nuevos afiliados frente a los 3.300 de hace un año; hay 4.000 camareros más al amparo del buen tiempo y la precampaña de Semana Santa; también ha aumentado la contratación en la industria manufacturera con 2.500 afiliaciones, en particular, hay 7.500 funcionarios más frente a los 5.425 menos de marzo de 2018. Mientras, hay 9.000 afiliados menos que hace un año en las actividades sanitarias; 1.100 menos en el comercio; y casi 2.000 menos en las actividades  administrativas. En todo caso, la afiliación volvió a superar los 19 millones. El dato es similar al de 2008. Pero no son datos equiparables en calidad contributiva de los cotizantes.

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