La casta de los estibadores: sueldo de 70.000€, puestos hereditarios y jornadas reducidas

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Estibadores del puerto de Algeciras. (Foto EFE)

Los estibadores son los profesionales que gozan de mayores privilegios en el mercado laboral español. Su propia estructura de funcionamiento está blindada ante la entrada de nuevos competidores conformando una casta que durante años ha logrado abstraerse de las reformas liberalizadoras, logrando unas condiciones de trabajo completamente desorbitadas. Un sueldo medio que ronda los 70.000 euros al año, contrataciones a dedo por nepotismo y jornadas laborales en los que sólo se trabaja un 75% de lo estipulado son algunos de los privilegios de los estibadores españoles.

Para el que todavía no lo sepa, un estibador es un profesional que trabaja en la carga y descarga de mercancías de los puertos. Un informe elaborado por la consultora PriceWaterHouseCoopers (PwC) para la Plataforma de Inversores de los Puertos Españoles (PIPE) pone negro sobre blanco y aporta las claves por las que estos trabajadores se niegan a aceptar una reforma que reduciría las rigideces en el sector y que, sobre todo, acabaría con su paraíso laboral.

Comenzando por los salarios, en la estiba los sueldos se encuentran completamente fuera de mercado en comparación con los de otros colectivos que desarrollan su labor en los puertos o incluso respecto a  otros sectores económicos.

Los que manejan las grúas pueden cobrar el triple que un médico

Un estibador cobra de media 68.000 euros brutos al año, aunque los técnicos que manejan las grúas pueden ganar hasta 150.000 euros dependiendo del puerto (por ejemplo en el de Valencia), es decir, el triple del salario medio de un médico en España (50.000 euros) y más del triple que el sueldo medio en actividades de almacenamiento y transporte fuera de los puertos (32.000). Además, al estar garantizado su salario más los bonus correspondientes los estibadores son poco productivos y trabajan de forma efectiva el 75% de su jornada laboral.

La clave para poder mantener estas estructuras salariales está en la obligación de contratar los estibadores a través de sociedades anónimas de gestión (Sageb). Las navieras deben entrar en el capital de estas empresas de forma obligada si quieren contratar los servicios de estiba y adaptarse a los salarios y turnos laborales que establezcan las citadas sociedades y que funcionan de una forma similar a los sindicatos verticales franquistas.

Estas sociedades establecen barreras a la entrada de nuevos profesionales y al colectivo sólo se puede acceder a través de enchufes, contrataciones a dedo y amiguismo. En la actualidad hay 6.156 estibadores y cada nueva incorporación se realiza de forma endogámica para controlar este régimen de monopolio que la Comisión Europea ha obligado a desmantelar, a pesar de que ni PSOE, ni Ciudadanos ni Podemos quieran asumirlo. Nadie sabe realmente cómo acceder a la profesión de un modo transparente y objetivo, pasando los puestos de padres a hijos sin mecanismos de acceso claros.

Las sociedades de gestión establecen turnos de trabajo fijos e indivisibles y los estibadores sólo pueden ser contratados en bloques de seis horas, provocando en algunos casos que las navieras paguen por tiempo no trabajado. La Sagep también establece la organización laboral, asignando equipos de profesionales a turnos y barcos concretos, sin permitir que los estibadores trabajen en otros buques aunque hayan terminado su labor pero no sus jornadas laborales para las que fueron contratados.

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Grúas y contenedores en un puerto (Foto: GETTY).

El mantenimiento de estos privilegios durante tantos años ha lastrado la competitividad de los puertos españoles, ya que en el resto de Europa no existe esta casta laboral con tantos privilegios. En España la mano de obra representa el 50% del coste de la manipulación de mercancías, el doble que en Reino Unido, trece puntos mas que en Alemania y cerca del 44% que representa en Italia.

Viendo estas cifras se comprende cómo los representantes sindicales de los estibadores han rechazado la oferta realizada por el Ministerio de Fomento, que contemplaba prejubilaciones a los 50 años con el 70% del salario, entre otras cuestiones.

La estiba mueve 200.000 millones de euros entre importaciones y exportaciones, es decir, que los citados 6.156 trabajadores del sector controlan el equivalente al 20% del Producto Interior Bruto (PIB) de España.

Las consecuencias económicas de la liberalización

La liberalización del sector de la estiba que intenta llevar a cabo el Gobierno permitiría un a reducción del 30% los costes portuarios, un incremento del PIB de más de 2.400 millones de euros y la creación de 18.000 puestos de trabajo, según el citado informe de PwC.

Y todo ello sin contar con el coste que tendrá sobre las cuentas públicas españolas el régimen sancionador que ha impuesto Bruselas ante la tardanza del Estado español en acometer la liberalización del sector.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) condenó en 2014 a España por no liberalizar el sector y fruto de ello se ha acumulado una deuda de 23 millones de euros. En caso de producirse una segunda sentencia, la multa ascenderá a 134.000 euros diarios hasta la aplicación de la reforma, que deberán ser abonadas por todos los españoles, bien mediante subidas de impuestos o bien mediante recorte de servicios.

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