El precio de Haaland espantó al Real Madrid. La entidad madridista tenía entre sus planes cerrar este verano el fichaje de Mbappé, que ya ha puesto punto final a su tour por la capital de España, y el del noruego, pero las pretensiones económicas del todavía jugador del Dortmund llevaron a los directivos blancos a desistir de una operación que superaba las cifras de la del francés. “Lo que pedía es una locura, había mucho que recaudar para que saliese rentable”, aseguran fuentes cercanas a la cúpula madridista tras conocer que ya es nuevo jugador del Manchester City.
El Real Madrid en ningún momento ha querido romper el ecosistema económico que tiene instalado el club y que tan buenos resultados le está dando. Gracias a una escala salarial que es uno de los mayores orgullos de Florentino Pérez como presidente y una gestión económica admirable en tiempos tremendamente complicados, la entidad madridista es solvente sin la necesidad de ayudas externas. El club de las 13 Copas de Europa sigue siendo de sus socios y no tiene que depender de estados, algo que la cúpula madridista siempre va a defender. Por este motivo, al ver que la operación Haaland subía notablemente el precio por culpa de las comisiones, decidió dar un paso al lado. Los blancos tenían claro que en todo momento iban a pagar menos al atacante nórdico que al francés.
El Real Madrid sí ha estado pendiente de todos los movimientos de Haaland y el futbolista soñaba, y sueña, con jugar de blanco en el Santiago Bernabéu. Eso sí, desde el club siempre han tenido claro que si quería cumplir su deseo tenía que primar por encima de todo el interés de fichar por la entidad madridista que lo económico. Por ello, la pasada semana, cuando los blancos se pusieron en contacto con el entorno del futbolista y recibieron de primera mano las pretensiones económicas tanto del noruego como de los que le rodean, dieron por finalizada cualquier posibilidad de hacerse con su fichaje, dejando así vía libre al Manchester City.
El ecosistema del vestuario
El Real Madrid echó el freno a la operación Haaland al mismo tiempo que veía como jugadores de la talla de Rodrygo o Vinicius no dejaban de crecer. También ha sido muy importante para que los blancos no fuesen con todo a por el noruego el estado de forma de Benzema. Desde el Bernabéu todavía creen que al galo le quedan dos o tres años al máximo nivel. Y por supuesto, ha pesado la llegada de Mbappé, el gran deseado. Al nuevo jugador del City tampoco le gustó que la entidad madridista siempre pusiese por delante la llegada del galo que la suya.
El Real Madrid tenía claro que el fichaje estrella de este verano era Mbappé. Aunque en algunos momentos se trabajó para cerrar la contratación de ambos, el Cristiano Ronaldo de 2009 iba a ser el jugador francés. Kylian iba a tener un protagonismo y un trato especial en todo momento.
Por último, la cúpula sabe que el vestuario del Real Madrid es uno de los más sanos en la historia del club. La relación entre todos -con una única excepción- es muy buena y todos esperan con los brazos abiertos de la llegada de Mbappé, íntimo amigo de Benzema, que dará un salto de calidad a la plantilla. Otra cosa era el fichaje de Haaland, de difícil encaje dentro del equipo y que, a la larga, podía romper la armonía instalada en la caseta.
