Un Zverev desencadenado acaba con la aventura de Carreño en Miami
La bestia se impuso en Crandon Park. Alexander Zverev acabó con la aventura de Pablo Carreño en las semifinales del Masters 1000 de Indian Wells, en un encuentro de gran nivel por parte de ambos contendientes, pero en el que la frescura y la pegada del alemán acabaron imponiéndose (7-6, 6-2) ante un cansado Carreño, que cierra su participación en el torneo con un sobresaliente.
En una versión mucho más agresiva que en compromisos anteriores, Pablo demostró ir cogiendo experiencia en rondas finales y dominó el tempo del partido ante un Zverev peligrosísimo por la calidad de sus tiros, pero con la mecha demasiado corta cuando el viento no soplaba a su favor. Siempre una bola más, como acostumbra el asturiano en cada partido, pero en esta ocasión, cada pelota que devolvía estaba repleta de intención, algo que sumado a la rapidez de piernas de la que hizo gala, a pesar de las casi tres horas de partido del día anterior le dio una jugosa ventaja en el tie break al que el primer set se había visto abocado visto el alto nivel de ambos tenistas.
El muro del español, sin embargo, se vio resquebrajado por los detalles del tenista llamado a liderar la próxima hornada del tenis, repleta de calidad pero también de inseguridades transmitidas por la actitud o la irregularidad de algunos de sus componentes. Con Sacha no hay dudas. A pesar de la inestabilidad que transmite en ocasiones –lógica a su edad–, sus golpes son de un auténtico número uno. Y el primer set, a pesar de los esfuerzos de un gran Pablo, también fue a parar a sus dominios.
La táctica del pupilo de Samuel López no debía cambiar, a pesar del duro golpe sufrido en el anterior parcial. Carreño es un jugador a prueba de bombas y que resurge de sus cenizas con una normalidad que asusta. El inicio del gijonés resultó intimidante, pero Zverev se había quitado las pocas cadenas que le ataban y pronto subió una marcha más su nivel para con un break poner un pie en la final del domingo.
El cansancio comenzó a mermar a Pablo, que venía de partidos durísimos y había sido sometido a un esfuerzo sobrenatural en la primera manga, y Zverev no perdonó. Ambicioso y talentoso a partes iguales, el alemán de origen ruso no frenó la máquina en ningún momento hasta sumar otra rotura y acabar cerrando el choque con un 6-2 que no empaña el gran torneo de Carreño, quien poco a poco va acostumbrando a los aficionados de la Armada a tener un miembro en las rondas finales también en los torneos en los que falta Nadal.