Zidane ya ha ganado esta Liga
Da igual lo que pase este sábado en Riazor y en Los Cármenes: Zinedine Zidane ya ha ganado esta Liga. No me refiero al hecho cierto e irrefutable de que el técnico francés haya conseguido en 19 jornadas cuatro puntos más que el Barcelona de Luis Enrique y seis más que el Atlético de Simeone, sino a una victoria moral, futbolística y de liderazgo.
Cuando Florentino Pérez eligió a Zidane para suceder a Benítez, El Breve, los gurús se apresuraron como marujas a la puerta de las rebajas para sacudir al presidente del Real Madrid por su elección. «Zidane no tiene experiencia», decían los más prudentes. «Zidane ha fracasado en el Castilla», escribían los más presuntuosos. «Florentino ha fichado un póster», despotricaban los más temerarios. Panda de visionarios todos. Unos Raphel (puede que) sin tanga.
Zidane ha tapado más bocas que Kim Jong-un en Corea del Norte. Cogió un equipo que, físicamente, era un grupo de jubiladas que hacen mantenimiento en el pabellón municipal. Ahora parecen máquinas de matar. Pero eso no era lo peor. Si estaban mal de cuerpo, de mente no es que estuvieran tocados. Estaban hundidos.
Las charlas de Benítez habían sido como una de esas clases de un profesor infumable en el que los alumnos se duermen o se ponen a hurgarse la nariz o a jugar con el móvil. Los futbolistas del Real Madrid tenían la misma motivación al ir cada día a entrenar que un tío que tiene cita con el dentista o el proctólogo.
Con Zidane todo cambió. Los jugadores dejaron de verse como empleados de una cadena de montaje y volvieron a sentirse futbolistas. El Madrid volvió a sonreír en los entrenamientos y en el campo. Y el madridismo dejó de llevarse una revista para los partidos del Bernabéu, como quien va al servicio, y empezó a disfrutar.
Y con el fútbol de Zidane volvieron también los puntos perdidos con Benítez. De hecho, el Real Madrid de Zizou es el mejor equipo de la Liga y con el francés en el banquillo los blancos sólo han perdido un partido, ante el Atlético en el Bernabéu. Si Florentino hubiera echado antes a Benítez, igual el Real Madrid ya sería campeón de Liga sin necesidad de jugar la última jornada.
Y todavía le fala la bala de La Undécima. Si la consigue, Zinedine Zidane será entronizado en el Bernabéu con todo merecimiento. Si no, tendrá por delante una larga y, posiblemente, próspera carrera al frente del banquillo del Real Madrid. Porque está claro que Zidane es un póster, sí. El póster de un pedazo de entrenador.