Triunfo de prestigio: Alcaraz reduce a Sinner y se hace eterno en Roma
El murciano se impone por primera vez en el Masters 1.000 romano
Fue de menos a más en el partido y acabó abrasando al tenista italiano
Logra su cuarta victoria consecutiva sobre Jannik

Alcaraz grita, sonríe, se lleva el dedo índice a la oreja y se retoza, al fin, sobre la tierra batida de Roma después de fundir (7-6, 6-1) a un Sinner que no pudo con el abrasivo ritmo del murciano. Ha logrado Carlitos la sana costumbre de, cuando llega a una final, ganarla. De 23 ha ganado 18, la última le encumbra por vez primera como campeón de un Masters 1000 de Roma que le había salido cruz hasta el momento. Sinner se rinde y lo hace ante los suyos. Alcaraz se hace eterno en Roma.
El duopolio del tenis habla español e italiano. Alcaraz y Sinner están regenerando el deporte de la raqueta y situando su rivalidad a la altura de las de otras solemnes parejas. Björn Borg y John McEnroe. Nadal y Federer. Nadal y Djokovic. Pete Sampras y Andre Agassi. Chris Evert y Martina Navratilova… Ese camino sigue la de Alcaraz y Sinner, los dos bastiones del actual tenis.
Vencen como ellos y compiten como ellos. La final en Roma recordó por momentos cualquier enfrentamiento entre los tenistas anteriormente mencionados. Lenta, planificada, con los esfuerzos más destinados a no cometer errores en lugar de hallar golpes ganadores. Escenario que le venía mejor a Sinner que a Alcaraz al venir de tres meses de inactividad por la sanción por dopaje.
El italiano se sentía cómodo abrazado a su servicio. Saque potente y media distancia en la pista para batir a un Carlitos agarrotado con la derecha. «Que salga, que salga todo. Maneja los tiempos, con decisión», le decía Ferrero. Pero el murciano no se soltaba del todo y el partido mutó en una de esas etapas del Tour de Francia en la que los ciclistas amagan con atacar, pero ninguno terminar.
Así aterrizaron de manera irremediable en un tie break que liberó a Alcaraz. «No dejaría tanto espacio cuando saca. Colócate un metro más adelante y luego incomódale cambiando la velocidad», le aconsejaba Ferrero al murciano. Y Carlitos, alumno aplicado donde los haya, ejecutaba. Precintó la muerte súbita como la inició, con break a favor y dos aces por el camino.
Apuntarse la primera manga le sirvió para despejar su mente y el paisaje. Ahí dejó el agarrotamiento tenístico y a Sinner, que no volvió a comparecer. Se le notaron los tres meses sin competir al italiano. Le faltó solidez y mandíbula para soportar el mazo de Alcaraz, que golpeaba sin cesar. Se llegó a poner 5-0 arriba y finiquitó el partido tras el 6-1 en el segundo set. Alcaraz ilumina la Ciutad Eterna y apunta a París. Próxima parada: Roland Garros. Ya saben, a su manera.