Los secretos de Pedro Acosta, el chico de moda al que se rinden las estrellas de MotoGP
Pedro Acosta es el gran protagonista del Campeonato del Mundo de Motociclismo. Tras dos carreras, el rookie de tan sólo 16 años es el líder de Moto3 al sumar un segundo puesto y una victoria, lograda el pasado domingo, después de salir desde el pitlane. El secreto está en la humildad, en un equipo que ya conoce y en una ética de trabajo que le permite soñar con grandes cosas
La vida de Pedro Acosta ha dado un vuelco en las dos últimas semanas, fruto del trabajo constante e interminable que le permite codearse con los más grandes. Su nombre ha pasado de desconocido a vox populi en un abrir y cerrar de ojos, con sólo 16 años y tras dos carreras en el Campeonato del Mundo de Moto3. Un segundo puesto y una victoria para la historia convierten a Pedro en el hombre de moda, mientras él, a lomos de su KTM del equipo RedBull Ajo, continúa trabajando con la humildad y la constancia como patrones.
Pedro llegó al Mundial con la alegría ineludible de un debutante y la conciencia de que, tras un periodo lógico de adaptación, debía luchar por encadenar buenos resultados en el campeonato. Estas miras, como resaltó a OKDIARIO el pasado mes de septiembre, estaban en algún Top5 o incluso un podio en el tramo final de temporada, pero su talento innato y una capacidad de adaptación sobresaliente le han permitido adelantar los plazos hasta donde ni siquiera los suyos esperaban.
Pero la realidad es que, tras dos carreras disputadas, Pedro Acosta es el líder del campeonato del mundo de Moto3. Un rookie que debutó en el Circuito Internacional de Losail con un segundo puesto que puso los focos sobre su nombre, y que, pese a salir desde el pitlane en la segunda carrera perjudicado por una sanción, remontó hasta convertirse en ganador, haciendo historia en la categoría y provocando los elogios de los pilotos principales de MotoGP.
Los campeones se rinden ante el rookie
Marc Márquez, a través de las redes sociales, se rendía al talento del joven murciano, que se acababa de convertir en el primer piloto de la historia en ganar desde el pitlane. «Pedro Acosta es bueno, muy bueno. Felicidades por la primera victoria de muchas en el mundial! Bravo», escribió el seis veces campeón del mundo de MotoGP. Fabio Quartararo, otra de las referencias de la categoría reina, se sumaba a la felicitación. «Muchas felicidades Pedro por tu victoria. La primera de muchas. Piel de gallina…», publicó el carismático piloto galo, que minutos después se impondría en la carrera de MotoGP.
@37_pedroacosta es bueno, muy bueno. Felicidades por la primera victoria de muchas en el mundial! Bravo👏🏼👏🏼 #moto3 @MotoGP
— Marc Márquez (@marcmarquez93) April 4, 2021
El triunfo de Acosta contó con los ingredientes ideales para levantar la expectación. A la épica de la remontada se sumó la valentía de ponerse a liderar tras superar a todos sus rivales, junto con el sufrimiento de ver como en la última recta, su déficit de velocidad no le ocasionaba pérdidas y mantenía la primera victoria en el Mundial. Y por su puesto, la insultante juventud de un piloto nacido en 2004, que quería tomárselo con calma en sus primeras carreras –»Un objetivo real para 2021 es, hasta mitad de año, aprender y coger un poco el ritmo del Mundial», relató a este periódico– pero cuyo talento le ha llevado a ser en estos momentos, el hombre, y no el niño, del campeonato, independientemente de las categorías.
Un golpe que le hizo más fuerte
Sin embargo, para entender el mérito de las victorias –podio y triunfo- de Pedro Acosta es necesario retrotraerse a 2020, a estas instancias de año. Con la población confinada por la pandemia del coronavirus, el joven de Mazarrón tuvo que hacer frente a un durísimo golpe, con sólo 15 años.
El mismo día que pusieron la cuarentena, Acosta se rompía la tibia en un test, lo que, pese al parón generalizado, le obligaba a una recuperación prolongada y en la que poner su mentalidad a prueba. Rodeado por un entorno inmejorable, Pedro trabajó a destajo, siguiendo los consejos de los médicos y el día que se abrió la vida de nuevo tras el obligado encierro, pudo volver a subirse a una moto. Lo estaba deseando. Los resultados llegarían meses después, con el tercer puesto en el CEV y el título en la Red Bull Rookies Cup, que le lanzaría de lleno al Mundial de Moto3.
Ahí reside también el secreto del temprano éxito de Acosta, que pudo llevarse a parte de su equipo del CEV al Mundial y trabajar sobre una base ya asentada para imponerse a la siempre complicada adaptación a un nuevo reto, mayúsculo en su caso. El otro plus lo suma la humildad del personaje, que pese a su temprana edad mantiene los pies en el suelo y no quiere oír hablar de comparaciones o predicciones que puedan estorbarle en su camino de aprendizaje, el aprendizaje de un futuro campeón que desafía a la historia con unos primeros pasos de gigante en el Mundial.
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