Randolph domina el cielo de Atenas (73-79)

El Real Madrid se llevó un partido de Final-Four ante Olympiakos. El equipo blanco salió victorioso de un escenario más que complicado ante un rival al que deja prácticamente sin opciones de primer puesto en Euroliga. Fue un ensayo en toda regla de lo que podría ser una de las semifinales de la competición si todo va según las previsiones por la intensidad, la concentración y el nivel de ambos contendientes.

Anthony Randolph dominó el partido en la pintura con una nueva actuación sobresaliente a ambos lados de la cancha coronada con 30 puntos de valoración global, bien apoyados por los 24 de un Sergio Llull que apareció cuando el balón más quemó. Los blancos fueron a una guerra y salieron victoriosos distanciando a un rival que siempre es peligroso en cualquier contienda.

Al Madrid no le quedó más remedio que arremangarse y bajar al barro ante la mejor defensa de la Euroliga. Olympiakos exigió y mucho a unos madridistas que comenzaron bien, pero que poco a poco fueron cayendo en viejos vicios como permitir en exceso los rebotes ofensivos y no controlar las pérdidas de balón.

Los griegos se marcharon en el marcador estableciendo el 18-10 cuando Anthony Randolph entró para cambiar el sino defensivo del encuentro. El ala-pívot –con tres tapones– puso firmes tanto a un Milutinov como un Papanikolaou que habían campado a sus anchas en la zona blanca. El Madrid recibía esa inyección de adrenalina que culminaba Llull con un mandarinazo al término del primer cuarto y silenciando al Pabellón de la Paz y la Amistad con el 20-19.

El Madrid, sin embargo, se volvió a encontrar con un muro en el segundo cuarto. Los griegos se querían agarrar a sus opciones de ser primeros de la Euroliga desde una defensa pegajosa y con manos por todas partes. Al Madrid le dejaron de entrar los tiros y la agresividad rival hizo mella en un Laso que barajó su banquillo sin encontrar un quinteto que hiciese daño a Olympiakos. Los locales salvaban el chaparrón del final del periodo inicial llegando al descanso con empate a 37.

Los americanos y Llull deciden

Olympiakos salió en tromba en la segunda mitad con un parcial de 6-0 y dando la sensación de que el Real Madrid tendría que hacer un esfuerzo extraordinario para darle la vuelta al duelo. Laso, viendo que Spanoulis se enchufó, puso a Draper como un secante sobre la estrella griega y obteniendo buenos réditos.

Los locales eran incapaces de marcharse en el luminoso. El Madrid aprovechó ese momento para darle la vuelta al encuentro al final del tercer cuarto. Llull se puso su capa de superhéroe para anotar siete puntos consecutivos, mientras que Randolph volvía a intimidar cualquier acometida rival en defensa.

El Madrid entró en el cuarto final alcanzando sus máximas ventajas –hasta de seis puntos– con Laso poniendo el quinteto más físico que tiene en su plantilla. A Othello Hunter –10 puntos– no le tembló el pulso a la hora de machacar la canasta que no hace mucho defendía y que le valió para ser homenajeado al inicio del encuentro.

El Madrid parecía tener dominado el choque distanciándose hasta los nueve puntos a falta de tres minutos. Sin embargo, el villano tenía que aparecer tarde o temprano. Spanoulis se calentó y puso a los suyos a cuatro puntos con dos minutos por jugar. Fue entonces cuando la defensa blanca –ese factor X– apareció para no dudar ante un rival que se descuelga de la puja por el primer puesto de la Euroliga. Los blancos se quedan en un cara a cara con el CSKA, pero todo apunta que en esta situación se evitarán los poco deseados Panathinaikos y Baskonia en cuartos de final.