De Navares de Enmedio a la Selección: «Tú lo que no tienes es lo que enseñan en las canteras»
Jorge de Frutos es de Navares de Enmedio, un pueblo de Segovia de 92 habitantes
Aprendió a jugar en la calle y eso le convierte en un futbolista diferente
Fabián Ruiz y Yeremy Pino causan baja por lesión: De la Fuente llama a Jorge de Frutos para la Selección


Navares de Enmedio es un municipio y localidad española de la provincia de Segovia, en la comunidad autónoma de Castilla y León. El término municipal tiene una población de 92 habitantes y una superficie de 24,61 kilómetros cuadrados. Y desde el pasado ahora un internacional español en la figura de Jorge de Frutos. Tras confirmarse la lesión de Yeremy Pino, Luis de la Fuente decidió citar al jugador del Rayo Vallecano. Un futbolista atípico, que no se formó en grandes canteras y sí en su pueblo, donde combinaba las primeras patadas a un balón en el frontón con ayudar a Faustino, su padre, en el único bar del pueblo. Esto, sin duda, le hace especial.
En su pequeño pueblo, el fútbol no entendía de lujos ni de instalaciones. Bastaban dos piedras para improvisar una portería en el frontón, y con eso ya tenían suficiente para vivir tardes eternas de juego. «Éramos mi hermano mayor, tres chavales más del pueblo y yo. Organizábamos partidos con una portería, a veces con dos, y cuando llegaba el verano hasta nos daba para montar triangulares», recuerda con una sonrisa siempre que se le pregunta por sus inicios. El frontenis también entraba en la ecuación, pero lo que verdaderamente unía a todos era el balón.
De aquellos días de improvisación y camaradería le quedan recuerdos imborrables. Una infancia marcada por la pasión y la espontaneidad, ingredientes que con el tiempo se convirtieron en la base de su fútbol.
El consejo que cambió su carrera
El salto llegó con su fichaje por el Rayo Majadahonda. Allí apareció la figura clave de Antonio Iriondo, el entrenador que supo detectar tanto el talento como las carencias de aquel joven lleno de energía.
«Me dijo que era muy bueno y rápido, pero que necesitaba parar. Que tenía mucha velocidad, que llegaba a portería y me faltaba calma para decidir bien. Que lo que yo no tenía era lo que enseñan en las canteras», confiesa.
Ese consejo fue determinante. Iriondo le enseñó a domesticar la efusividad sin perder la frescura que le había llevado hasta allí. «Mi espontaneidad es lo que me ha hecho ser futbolista, pero necesitaba controlarla. Gracias a él, estoy aquí», admite con gratitud.
Tras pasar por la cantera del Real Madrid, donde jugó en el Castilla, el Valladolid, el Levante y el Rayo en dos etapas, ahora es internacional y Luis de la Fuente lo tiene claro: «Es la parte bonita de la vida y el fútbol. Es un ejemplo. Nadie le ha regalado nada. Era su momento. Da gusto ver la energía que tiene».
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