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El MVP Curry guía a los Warriors hasta su séptimo anillo de la NBA

Curry guía a los Golden State Warriors hasta su séptimo anillo
Curry festeja el triunfo ante los Celtics. (AFP)

Gracias a la actuación de un sensacional Stephen Curry, reconocido por primera vez como MVP, los Golden State Warriors vencieron (90-103) en la cancha de los Boston Celtics para finiquitar las Finales de la NBA por un balance global de 4-2 y conquistar así su cuarto anillo desde 2015.

Stephen Curry, con 34 puntos y 6 triples, comandó el triunfo en el TD Garden de Boston y celebró el renacimiento de la dinastía de Golden State junto a sus eternos socios Klay Thompson y Draymond Green, ambos con 12 puntos.

«Al principio de la temporada nadie pensaba que estaríamos aquí, excepto todos los que están en esta cancha ahora mismo. Es surrealista», afirmó un radiante Curry sosteniendo su premio de MVP.

Ni la mística de Boston, ni la resistencia de Jaylen Brown (34 puntos) y el dominicano Al Horford (19) se interpusieron en el camino de unos Warriors que dieron por terminada una travesía en el desierto de tres años.

«Este ha sido el título más inesperado pero estoy bendecido. He estado rodeado de superestrellas y cuando estás rodeado de superestrellas cualquier cosa puede pasar», subrayó en plena celebración Steve Kerr, quien dirige al equipo desde 2014.

A la hora de reconocer a las estrellas, el técnico no dudó en señalar a Curry, que a sus 34 años se cargó al equipo en esta eliminatoria con promedios de 31,2 puntos, 5,2 triples, 6 rebotes y 5 asistencias.

El base, el mayor triplista de la NBA y uno de los mejores jugadores de la historia, posee 2 premios MVP de temporada (2015 y 2016) pero el de las Finales le había sido esquivo hasta ahora.

Un parcial de 21-0

Los Celtics, que no tenían margen de error, arrancaron con fuerza el choque pero después encajaron una racha de 21-0, nunca vista en el último medio siglo de Finales, y tuvieron que admitir una derrota que les deja sin su ansiado 18º anillo.

«Esto va a doler durante un tiempo. Probablemente nunca desaparecerá pero tiene que impulsarnos hacia adelante», pidió Ime Udoka, que en su primera campaña como entrenador jefe guió a los Celtics a pelear por el título por primera vez desde 2010.

Los Celtics siguen siendo la franquicia más ganadora junto a los Lakers, ambos con 17 trofeos, y los Warriors se colocan en la tercera posición con siete.

Los Celtics pagaron el gris partido de su estrella, Jayson Tatum, que se quedó en 13 puntos y un pobre 6/18 en tiros de campo. Los 19.000 aficionados de los Celtics estaban listos para defender el TD Garden y enviar la eliminatoria a un séptimo y decisivo partido en San Francisco.

Sus jugadores les dieron motivos para creer con un trepidante inicio en el que se avanzaron 14-2 ante unos Warriors superados en intensidad. Pero tirando de veteranía, Golden State mantuvo la calma y Curry y el suplente Jordan Poole entraron en acción para acelerar hasta lograr la racha de 21-0.

Los nervios se apoderaron de los Celtics y Golden State apretó hasta superar los 20 puntos de ventaja, lo que llevó al TD Garden a abuchear incluso a sus jugadores. Tras el descanso, Curry se dio un homenaje con una lluvia de triples que llevaron a los Warriors a una ventaja máxima de 22 puntos (72-50) y, en una icónica imagen, a señalarse la mano reclamando su cuarto anillo.

Pero los Celtics no se iban a rendir sin luchar e impulsados por Brown y Horford lograron un parcial de 15-2 que les ponía 74-65 en la antesala del último cuarto. Sin la amenaza del errático Tatum, los Warriors no dejaron que los Celtics se acercaran más en el marcador y sentenciaron el triunfo con triples de Wiggins y Curry, quien con lágrimas acabó celebrando el título abrazado a su padre, el ex jugador Dell Curry, y sus compañeros de dinastía.

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