Muere un ex jugador del Levante poco antes de ser juzgado por un delito de odio
El Levante muestra su pésame tras conocerse la muerte de Agustín Banús
Ex futbolista del equipo granota que había sido noticia recientemente
Estaba siendo juzgado por un delito de odio
El Levante muestra su pésame tras conocerse la muerte de Agustín Banús, ex futbolista del equipo granota que había sido noticia recientemente por ser acusado de un delito de odio. De hecho, la Audiencia Provincial de Valencia ha absuelto al ex jugador al haber fallecido de un infarto diez días antes de celebrarse el juicio por llamar presuntamente «negro de mierda» al responsable de una escuela de porteros. En la vista oral se ha absuelto a Agustín Banús por «extinción de la responsabilidad criminal».
El Ministerio Fiscal solicitaba una pena de un año y tres meses de cárcel y el pago de una multa de 2.400 euros por un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, recogido. Los hechos por los que estaba acusado Agustín Banús, que en la actualidad era director una escuela de fútbol en Burjassot, ocurrieron el 28 de junio de 2023 cuando supuestamente se encontró con el responsable de una escuela de porteros al que «con la intención de menospreciarle y vejarle» por el color de su piel le llamó «negro de mierda», según la Fiscalía.
Comunicado del Levante
En la jornada de hoy ha fallecido en Valencia Agustín Banús, jugador del Levante entre los años finales de la década de los setenta y el arranque de los ochenta. El Consejo de Administración del Levante UD y la Fundación Cent Anys quieren manifestar su más sentido pésame por su fallecimiento.
El nombre de Agustín Banús siempre irá asociado al legendario enfrentamiento que significó el estreno oficial de Johan Cruyff con la camiseta azulgrana del Levante. Fue el 1 de marzo de 1981 en un choque en el marco del actual Ciutat de València que cruzó a las huestes levantinistas y al Palencia (1-0) en el universo de la categoría de Plata. Agustín se ciñó la elástica con el dorsal cuatro, como certifica el acta que custodia el Área de Patrimonio Histórico del Levante, en una confrontación repleta de significación para la sociedad granota. El jugador no eludía poner en marcha la máquina de sus recuerdos más íntimos y personales cuando se trataba de recordar el debut del astro holandés como futbolista de la plantilla que dirigía desde el banquillo Pachín.
El duelo ante el Palencia se disputó en el transcurso de la temporada 1980-1981. No fue una campaña anecdótica en la carrera profesional de Agustín como tampoco lo fue, desde una perspectiva deportiva, para un Levante que llevó a liderar la clasificación en el nacimiento de la segunda vuelta tras una brillante victoria ante el Burgos (2-0). Ese curso Agustín adquirió la condición de habitual en las formaciones iniciales del colectivo azulgrana.
Tanto Pachín como Rifé, relevo del preparador cántabro, en la recta definitiva de la Liga confiaron sin titubear en sus prestaciones. Aquel ejercicio el centrocampista, a posteriori reconvertido a defensor, superó los cuarenta partidos contabilizando el relato liguero y el formato de la Copa del Rey. Los números alimentan la preponderancia que conquistó en el firmamento azulgrana en una campaña que concluyó de manera dramática con el encierro de la plantilla azulgrana en el vestuario del Ciutat ante la caótica situación financiera de la institución.
Agustín despuntó para el fútbol en las filas del Quart de Poblet de finales de los años setenta que llegó a instalarse en la potente Tercera División valenciana de la época. El Levante reclutó a un prometedor centrocampista que aunaba brega y esfuerzo con destreza y técnica para mover el balón con solvencia. Del barrio de Orrriols se mudó hasta Huelva para afincarse en el Recreativo durante la primera mitad de los años ochenta como inquilino de la Segunda División.
A la orilla del Estadio Colombino corroboró la regularidad que había mostrado en su etapa levantinista. Aranguren, técnico de la escuadra onubense, le concedió galones desde su aterrizaje. Fue una especie de amor a primera vista. En el verano de 1984 tras el regreso del Levante a la categoría de Bronce, después de una tortuosa estancia en la Tercera División, Agustín decidió poner rumbo a Valencia para comprometerse de nuevo con la entidad granota. Forma parte del grupo del selecto grupo jugadores con rastro en la sociedad azulgrana en dos etapas distintas. Más tarde, ya tras su retirada del balompié profesional, presidió la Asociación de Exfutbolistas del Levante.
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