Mourinho le enseña el camino al Barcelona
El Barcelona habrá apuntado en rojo los movimientos del Manchester United de José Mourinho en la tarde de domingo en Old Trafford. Los red devils se impusieron al Chelsea por 2-1 en un encuentro trepidante y polémico que deja constancia de lo que hacer al Barça si quiere estar en cuartos de final de la Champions. En el duelo de pizarras la de Mou se impuso a la de Conte y en el de nueves, Romelu Lukaku se proclamó vencedor ante un Álvaro Morata que no tuvo suerte de cara a portería y cuando la tuvo, el colegiado del partido invalidó su tanto, tal y como sucedió en la segunda mitad, por supuesta posición antirreglamentaria del ex delantero del Real Madrid, que parecía habilitado.
El técnico portugués temía la producción de algunos de los atacantes del Chelsea, que dispuso con Willian, Hazard y Morata como tridente más adelantado, y ordenó a algunos de sus jugadores ejercer un marcaje al hombre para frenar las acometidas del rival. Los primeros minutos dejaron constancia de este movimiento de ajedrez, pero pronto se iban a resquebrajar los esquemas de The Special One.
Willian, repitiendo inspiración al igual que en el encuentro frente al Barcelona, puso en jaque el sistema de Mourinho con un gol inicial que silenció Old Trafford. Combinando con Hazard, la pareja diabólica blue destruyó la defensa del United para adelantarse en el marcador, pero el técnico portugués sabía que con paciencia y los cambios justos podría darle la vuelta al partido.
La primera piedra la colocó un especialista como Lukaku antes del descanso. Tras una combinación en el balcón del área, el belga pudo rematar libre de marca para poner las tablas en el luminoso, algo justo visto lo visto en los primeros 45 minutos. Los que quedaban por jugarse no desmerecerían la emoción de sus antecesores.
Las pizarras de Conte y Mourinho encaminaron el encuentro a una decisión por detalles mínimos y en la que el empate no era ni mucho menos un marcador a desechar. Alentado por su afición, el United pareció un punto por encima en cuanto a valentía, pero por medio de Hazard y Morata, cada contra del Chelsea parecía llevar veneno hacia la portería de un David de Gea muy incomodado por el sol, y que mostró una inseguridad inesperada, visto el momento de forma que atraviesa.
Un cambio resultó clave para el devenir del encuentro, de forma indirecta pero sí fatídica para su propulsor. Antonio Conte sacrificó a Eden Hazard para dar entrada a las piernas frescas de Pedro, y acto seguido otro de los nuevos en el terreno de juego, Lingard, remataba a la red un meritorio centro de Lukaku, dejando al Chelsea un gol menos en el luminoso y su mejor jugador en el banco, algo que se prolongaría de manera inevitable hasta el final del choque.