Modric guía a una Croacia que se asoma al Mundial
Croacia se jugaba parte de su presencia en el próximo Mundial con el madridista Luka Modric por bandera. El capitán de la selección arlequinada estaba ante la cita más importante con Grecia como su rival y el estadio del Maksimir (Zagreb) de testigo. Todo rodeado de una atmósfera de preocupación en el Real Madrid.
La ida de la repesca se antojaba dura y en el minuto 2 ya se dio cuenta con una entrada por detrás de un defensor heleno que puso el corazón en un puño tanto de croatas como madridistas. Afortunadamente para todos se recuperó y llevó el peligro inicial con excelentes asistencias a balón parado que sus compañeros no pudieron convertir en gol.
Fue entonces cuando tuvo que tomar la responsabilidad de tirar el primer penalti del partido, y no falló. Con toda la seguridad que le caracteriza no entró a la batalla visual con el portero Karnezis, al que engaño en el lado del lanzamiento cuando todavía no se había cumplido el minuto 15.
Con otra asistencia en un córner a punto estuvo de poner tierra de por medio Lovren, cosa que sí hizo Kalinic poco después en una jugada en la que apenas intervino el madridista. La tragedia griega se mascaba en el ambiente y la dureza volvió por sus fueros siendo Modric la víctima de casi todas las faltas y con el derbi en el punto de mira.
Sokratis recortaba distancias en el electrónico precisamente a balón parado pero poco después Perisic empujaba una asistencia del rojiblanco Vrsaljko. 3-1, partido loco y todavía no se había terminado la primera mitad. Antes del pitido final, Modric se quedaba parado tocándose el tobillo donde volvió la alarma madridista.
En la segunda parte, a pesar del resultado a favor quiso seguir comandando a su selección con rostro de dolor en algunas ocasiones, no así en los córners que botaba, que seguían siendo las mejores ocasiones de este arranque también justo a los fallos rivales, en los que llegó el cuarto croata de la noche, obra de Kramaric.
Zlatko Dalic debió reservarle
Ante los continuos parones del madridista y con el resultado tan a favor, el nuevo seleccionador croata Zlatko Dalic pudo reservar a Modric antes de su cambio en el 88. Sin embargo era tan fundamental como demostraba con pases que sólo él veía en dos jugadas que a punto estuvieron de significar la manita.
La vuelta en el infierno griego, el derbi madrileño de menos de diez días y la agresividad griega -provocó otra amarilla en la recta final y se fue dolorido de la cabeza- eran motivos más que suficiente para sentarle pero su actuación de diez desde la mediapunta también lo eran. Round 1 y el madridista está casi en el Mundial… y parece que sano.