Champions League: PSG - Benfica

Mbappé sigue sin sonreír en Champions

Mbappé
Mbappé se lamenta en el partido contra el Benfica. (AFP)

Con la noticia de que Kilian Mbappé habría decidido en abandonar el PSG en enero sobrevolando el cielo de París, los franceses recibieron a un Benfica en estado de gracia. El atacante internacional con Francia marcó de penalti, pero no se encontró cómodo en ningún momento de la noche, salvo cuando se dejó caer por el costado izquierdo, y terminó siendo sustituido antes de finalizar los 90 minutos. El 1-1, dejó para las dos últimas jornadas la definición de las dos primeras plazas del Grupo H con Juve y Maccabi prácticamente fuera de esta Champions League.

Un Benfica con las ideas muy claras de lo que tenía que hacer en su visita al Parque de los Príncipes desactivó el juego de los parisinos en la primera media hora de partido. Mbappé y compañía no encontraron la manera de darle fluidez a la circulación de balón y eso se tradujo en falta de ideas. Un problema acentuado por la demarcación del ‘7’ del PSG en el campo. Estando en punta se desaprovecha su explosividad y acaba perdido en el campo.

Pasado ese cortocircuito inicial, los locales decidieron imprimirle un mayor dinamismo al juego. Neymar tomó protagonismo llegando a recibir al centro para permitir que Mbappé cayese en banda. Sarabia también comenzó a tener algo más de protagonismo y eso descolocó a la zaga portuguesa hasta el punto de acabar cometiendo el penalti del 1-0. Verratti filtró un pase milimétrico para Bernat y este cayó en el área por una fuerte patada de António Silva.

Ya sabemos quién tira las penas máximas en París. El hombre que quiere marcharse en enero convirtió el lanzamiento y mandó a los suyos al descanso con una ventaja que les colocaba líderes del Grupo H momentáneamente. Sin estar cuajando una buena actuación, marcaba un tanto con el que calmar la ansiedad y llevarse una buena ovación por parte del público.

Con la reanudación, el Benfica se estiró un poco y dispuso de un par de llegadas tímidas. No llegaba a ser vistoso el encuentro, pero tuvo la tensión típica de un duelo en el que está en juego la primera plaza. Los lusos continuaban muy serios e insistentes hasta provocar otro penalti, esta vez a su favor. João Mário transformó el lanzamiento desde los once metros con maestría, colocando el 1-1 en el luminoso y poniéndole picante a lo que quedaba de partido.

Muy poco le hizo falta a los portugueses para crear peligro a una zaga en la que Sergio Ramos fue titular. El camero no parecía cómodo a lo largo de la noche y estuvo constantemente realizando movimientos que indicaban que podía tener algún problema en la espalda. Más allá de eso, el PSG dejó al descubierto problemas defensivos impropios de un aspirante a ganar la Champions.

Desde ese momento, reforzados por el empate, los hombres dirigidos por Roger Schmidt volvieron al plan inicial. Se instalaron en un bloque muy bajo para esperar a su rival bien resguardados y capear el temporal. Lo consiguieron con nota y forzaron un nuevo traspié de un PSG que es una bomba a punto de explotar y su técnico, Christophe Galtier, parece no tener las claves para desactivarla.

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