GP DE ARAGÓN DE MOTOGP

Marc Márquez vuelve al lugar de su resurrección

Márquez consiguió en Aragón el año pasado la primera victoria con Ducati

No ganaba en MotoGP desde que lo hiciera en Misano 2 en 2021

Marc Márquez responde a Álex con un zasca antológico: «En tu jardín ya conseguí más puntos…»

Marc Márquez
Marc Márquez, en el podio de Aragón celebrando su victoria. (EFE)
Miguel Zorío

1 de septiembre de 2024, ese fue el día que resucitó un chico de Cervera llamado Marc Márquez. Aunque en su palmarés contaba con ocho campeonatos del mundo y 59 victorias en MotoGP hasta esa fecha, llevaba varios años de calvario, sumido en un túnel muy oscuro donde no veía la luz. Desde su caída en Jerez 2020 vivió un auténtico infierno. En 2021 volvió a sonreír con dos victorias en sus dos lugares favoritos, Sachsenring y Las Américas. Acto seguido se encontró con un triunfo inesperado en Misano 2, fruto de la constancia y de estar ahí.

Salía séptimo en parrilla, pero remontó hasta la segunda posición. El primer puesto parecía inalcanzable porque Pecco estaba tirando muy fuerte. Pero, a cinco giros del final, Bagnaia cometió un error y se fue al suelo, sirviendo en bandeja de plata a Marc Márquez su tercer triunfo del año con una Honda que se iba apagando con el paso del tiempo. Aquella fue la última vez que se le vio sonreír. Desde entonces, la sonrisa de este chico de Cervera estaba en busca y captura.

Los del ala dorada no daban con la tecla para proporcionarle una moto ganadora, como habían hecho hasta en siete ocasiones. Márquez tiraba y tiraba, pero la moto no daba más. El 93 no sabía qué hacer para poder pelear con los de arriba. Durante el GP de Italia en junio de 2022, el entonces piloto del Repsol Honda Team anunció que pasaría por quirófano por cuarta vez para una nueva operación en el brazo derecho. «Quiero volver a ganar», dijo tras la operación. Ya avisó al equipo de que quería hacerlo con ellos, «pero si no es con vosotros, me voy a buscar la vida».  Y así fue.

Tuvo que salir de Honda para empezar de cero, reencontrarse a sí mismo y ver si realmente seguía siendo competitivo o su tiempo en MotoGP había terminado. Por eso, Marc, decidió irse a un equipo satélite como Gresini Racing, pero con la mejor moto de la parrilla, la Ducati. El español decidió ponerse a prueba bien, con la moto que venía de ser campeona del mundo de la categoría reina el año anterior con Bagnaia.

No le costó mucho adaptarse. En cuanto se subió a la moto en Cheste ya fue muy rápido. Tanto que hasta los jefazos de Ducati se quedaron boquiabiertos. Ese día Marc Márquez confirmó que seguía siendo rápido y que no se le había olvidado pilotara. Pocos eran los ilusos que lo dudaban. Esto es lo que tienen los genios y este chico nacido en un pequeño municipio de Cataluña llamado Cervera era uno de esos llamados elegidos. Hace años que lo había demostrado en sus infinitas batallas con uno de los mejores de todos los tiempos, Valentino Rossi, pero lo volvió a hacer de nuevo, para aquellos que todavía tenía alguna duda.

Márquez resucita al tercer día

Como Cristo, al tercer día de Gran Premio resucitó y ganó su primera carrera con Ducati, rompiendo así una racha de casi tres años sin ganar. 1.043 días después de su última victoria en Misano 2 (24 de octubre de 2021), el ilerdense volvía a subirse a lo más alto del podio. Tras varios años en busca de esa sonrisa que era la alegría del paddock, por fin la encontró. Márquez se quedó a las puertas en tres ocasiones (Jerez, Le Mans y Sachsenring), donde terminó segundo.

Pero el que la sigue la consigue, y Marc es bastante pesado, en el buen sentido de la palabra. Ese fin de semana lo cuadró todo: pole, victoria al sprint y victoria el domingo. Y tras la carrera se desató la locura en el podio. El entonces piloto de Gresini esbozaba una sonrisa de oreja a oreja –no era para menos–, sonó la música y el 93 se puso en modo showman. El viejo Marc Márquez estaba de vuelta, y Aragón no fue más que el comienzo.

Una semana más tarde repitió victoria en Misano y más tarde lo haría también en Australia, para terminar redondeando el año con un gran segundo puesto en Montmeló. Todo esto hizo que Ducati se decantara por él para ir al equipo oficial en vez de por Jorge Martín. Y este año está demostrando por qué Gigi Dall’Igna apostó por él. Márquez está en modo apisonadora total, como en sus mejores tiempos, y ni siquiera su compañero de equipo o su hermano, Álex, pueden pararle. Y ahora, casi un año después, vuelve al lugar de su resurrección vestido con los colores del Ducati Lenovo. En Aragón empezó todo.

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