El Madrid completa el repóker entre el bochorno

Costó mucho más de lo previsto, pero el Real Madrid completó el año perfecto. Campeón de Supercopa, Copa, Liga, Euroliga y ahora de la Copa Intercontinental tras vencer (91-79) en la vuelta del campeonato al Bauru brasileño en una encerrona en su cancha. El equipo de Pablo Laso asistió atónito a un arbitraje de lo más inverosímil en un torneo que se presupone de máximo nivel.

El inicio con un parcial de 12-0 en favor de los blancos hizo pensar a todo el mundo que la derrota por un punto en la ida el viernes fue un mal día. Sin embargo, los brasileños comenzaron a remontar gracias a la dureza defensiva en clara complicidad con unos árbitros que permitieron que el partido se transformara en un duelo de lucha grecorromana.

El choque alcanzó semejante tosquedad que algunos jugadores blancos entraron en estado de ansiedad por no ver pitada ninguna falta en su favor. Sergio Rodríguez, uno de los jugadores más limpios de Europa y virgen en expulsiones en una cancha, quedó descalificado por dos técnicas, la última de ellas inaudita. Levantó un dedo y fue enviado al vestuario.

En la segunda mitad, los brasileños consiguieron empatar el choque aumentando, si cabe aún más el nivel de dureza. Laso no daba crédito a lo que veía desde la banda, pero los suyos asumieron que el partido se sacaría con las normas reescritas por los árbitros. Con dureza y madurez, los blancos comenzaron a encontrar aguas en la defensa brasileña, incapaz de mantener el nivel de intensidad tantos minutos.

Llull y el recién fichado Thompkins firmaron una serie de triples sin respuesta por parte del Bauru. Los brasileños, ni con permisividad arbitral, encontraron manera a responder al poderío blanco que acabará valorando en su fuero interno mucho más este título que completa un año irrepetible para cuatro jugadores: Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Felipe Reyes y Rudy Fernández. Han sido campeones en todos y cada uno de los torneos que han disputado esta temporada.