«Lo que diga Zidane»

Las grandes esperanzas del madridismo estaban puestas en Zinedine Zidane cuando este se hizo cargo de la primera plantilla para salvar una temporada que apuntaba al fracaso. El técnico se puso a los mandos al finalizar la primera vuelta del campeonato liguero y logró darle la vuelta a una situación que parecía irrevocable. Suyo fue el mérito de que los blancos estuvieran en la 15-16 cerca de lograr la Liga y suya también fue la labor de hacer del equipo una piña capaz de meterse en la final de la Champions en Milán y levantar la Undécima. La pasada campaña, la consecución doblete no hizo más que confirmar que el Madrid tenía un talento en el banquillo, igual que en su día lo había tenido sobre el césped vistiendo el 5 a la espalda.

Zizou se ha ganado el respeto y la admiración de todo el madridismo, al igual que hiciera en su época de jugador. Pero no sólo entre la afición es donde ha ganado credenciales. En la zona noble del Bernabéu consideran que el técnico ha de tener plenos poderes. Saben que gran parte del éxito logrado por los blancos en estas dos últimas campañas se debe a su labor. Por ello, el francés hace y deshace a su antojo.

Florentino le ha dado el poder de decidir a quién quiere en su equipo y a quién no. De hecho, el técnico ha sido el encargado de dar el visto bueno a todas y cada una de las incorporaciones que ha abordado el club en este verano. Tanto Theo, como Vallejo, Llorente y Ceballos han tenido el beneplácito del míster a la hora de llegar a la primera plantilla blanca.

Incluso hace las veces de mediador para tratar de llegar a un acercamiento entre el objetivo y el club. Al igual que ya hiciera en su día con Varane, el entrenador madridista se reunió con Mbappé durante sus vacaciones para tratar de acercar las posturas entre las dos partes. Y no sólo en el ámbito de las incorporaciones tiene presencia la decisión del técnico. Zidane fue clave a la hora de decantarse por Isco y Asensio en detrimento de James, lo que causó su marcha al Bayern de Munich.

El técnico ha conseguido lo que muy pocos entrenadores han conseguido en la era Florentino, tener total decisión a la hora de crear la plantilla a su gusto y semejanza. Sólo Mourinho tuvo aquel poder desde su llegada. Ahora es Zizou el que monta y desmonta su puzle a su antojo. En el seno de la entidad la premisa está clara: «Lo que diga Zidane». Y que así siga.