Lino se basta para hacer campeón de grupo al Atlético
Gol y asistencia del brasileño, con el que no pudo la Lazio
Simeone deja a varios titulares fuera y sustituye en el descanso a Griezmann y Giménez
Vigésima victoria consecutiva en el Metropolitano, igualando el anterior récord
Samu Lino se basta para hacer campeón de grupo al Atlético con un partido hegemónico culminado con un gol y una asistencia y repleto de detalles que le confirman como una de las grandes apariciones de la temporada. El brasileño fue la estrella de una noche que dejó para el recuerdo la vigésima victoria consecutiva en el Metropolitano del equipo de Simeone, que igualó el récord que ya tenía el Cholo desde 2013 y logró de paso su objetivo de evitar en octavos de final a los primeros de grupo. Y todo eso sin necesidad de exponer a los titulares. Koke, Llorente y Morata se quedaron en el banquillo durante mucho tiempo y Griezmann y Giménez jugaron sólo la primera parte porque claramente el cuerpo técnico considera más importante el partido del sábado en Bilbao.
En su primer aguijonazo de la noche el premio a la fe se lo llevó Samu Lino a los cinco minutos por perseverar ante Marusic en un balón que parecía perdido, pero que acabó llevándoselo en el área, donde sólo necesitó levantar la cabeza para darse cuenta de la presencia de Griezmann, que acomodó su pierna derecha para batir a Provedel y lograr su decimocuarto gol de la temporada, el quinto en Champions, y darle al Atlético el motivo perfecto para jugar a favor de marcador. Justo el plan que había diseñado Simeone en la pizarra del vestuario. Fue, por cierto, la diana número 100 del equipo en el año 2023. El récord son los 115 de 1997, con Radomir Antic.
Ya sin tiempo para retrasar lo inevitable, la Lazio se vio obligada a quemar las naves con casi todo el partido por delante, consciente de la necesidad de marcar dos goles para optar a la primera parte del grupo. Zaccagni lo intentó a los 12 minutos con una acción individual en la que superó a dos defensas, pero luego resolvió con un disparo defectuoso que Oblak siguió con la mirada. Fue la primera llegada italiana de cierta relevancia.
El Atlético se tomó con filosofía el cambio de actitud de su rival y cerró filas para proteger el resultado y buscar la oportunidad de ampliarlo. No sólo no sufrió, sino que de hecho marcó el 2-0 en un disparo cruzado de Hermoso a pase de Nahuel, pero la celebración del defensor madrileño se frenó en seco cuando el VAR le indicó al árbitro que Lino había estorbado a Provedel en el momento de la verdad. El gol quedó anulado y dejó el resultado en el descanso con una ventaja mínima que dejaba todo para resolverse en la segunda parte.
Simeone dejó claras sus preferencia en el arranque del acto definitivo prescindiendo de Griezmann y Giménez y dando entrada a Memphis y Soyuncu, en una clara demostración de lo mucho que le importa el choque del sábado en San Mamés. Un movimiento arriesgado pero que le dio resultado inmediato porque a los 50 minutos una combinación entre Memphis y Lino acabó con un derechazo del brasileño a la escuadra para aclarar el partido y convertirse en el nuevo ídolo de la grada. Un golazo que eleva hasta el infinito el valor de un jugador que en verano no tenía ni siquiera claro que fuera a quedarse en la plantilla.
El resultado hizo claudicar a Sarri, que con la clasificación garantizada aprovechó para repartir minutos igual que Simeone, que a esas alturas ya había ordenado que abandonaran el banquillo Morata y Koke para jugar la última media hora de un partido al que le sobró el tramo final, pero que sirvió para cumplir con los objetivos previstos. Broche de oro a una fase de grupos que había comenzado convulsa con el gol del portero Prodevel en Roma, allá por septiembre.