Italia, ante su gran reto: regeneración o el abismo

Italia
Italia, desolada tras caer eliminada. (AFP)
Iván Martín

El mundo del fútbol sigue en estado de shock. Lo que parecía imposible ha sucedido. Italia, el mismo país capaz de ganar por pura inercia, no estará en Rusia. La nazionale se perderá un Mundial 60 años después. Precisamente, como si de una burla del destino se tratase, no acudió a la cita que se celebró en Suecia en 1958, mismo país que fue su verdugo el lunes en San Siro.

El deporte rey todavía está asimilando el batacazo de la cuatro veces campeona del planeta. En España, por ejemplo, está la generación que ha crecido viendo como esos italianos que nunca jugaban mejor, pero daban en las narices una y otra vez. Esos respiran con alivio al saber que no podrán ser rival. Por otro lado, está la generación a la que un penalti de Cesc en unos cuartos de final les cambió la vida para hacerse grandes y ver a la siempre temible azzurra como una igual. Esos, piensan que un Mundial sin los vecinos es menos Mundial. Lo que está claro es que a nadie le ha dejado indiferente este tropezón.

Buffon, durante la eliminación de Italia. (AFP)

Ahora, Italia tiene que luchar para no caer en el abismo que Ventura anticipó. Los transalpinos deben superar el duelo, curarse unas heridas que se reabrirán en junio cuando la pelota empiece a correr por Rusia y reconstruirse. No será fácil, pero todo lo que no sea construir la casa otra vez desde abajo significará hacer las cosas muy mal. Y cuando esto sucede, el resultado suele ser la travesía por el desierto.

Los ejemplos son varios. Holanda, ausente en la última Eurocopa, tampoco estará en Rusia y atraviesa una crisis de identidad alarmante. Uruguay, bicampeona del Mundo, tuvo que sufrir 20 años de sinsabores hasta que Sudáfrica se cruzó en su camino. Italia debe tomar buena nota de lo que le pasó a los charruas o lo que está sufriendo la Oranje para no repetir el mismo camino y volver a ocupar su lugar. Ese que la sitúa en el olimpo del fútbol mundial.

La base y 2020

Italia se debe regenerar desde la base. Debe volver a trabajar en la formación. Sus resultados en 2017 son alarmantes. Cayó en la fase de grupos del Europeo sub-17 y no jugó el Mundial de la India. No se clasificó para la Eurocopa sub-19 y en el campeonato continental sub-21, su mejor actuación, fue borrada del mapa por España en semifinales.

En el futuro espera un Europeo sub-21 en el que será organizadora junto a San Marino. Hacer un buen papel, llevar un gran bloque que pueda dar el salto a la absoluta y sacar el billete a Tokio tiene que ser su principal reto.

Ancelotti y Conte, favoritos a coger las riendas de Italia. (AFP)

A su vez, tendrán que afrontar una transición que no será tan dulce como debería en la absoluta. Los últimos héroes de Alemania 2006 dirán adiós y tras ellos solo se ve la nada. Acertar con el seleccionador, Ancelotti y la vuelta de Conte son los que más ilusionan y estar sea como sea en la Euro de 2020 es el otro gran reto.

Inglaterra, el espejo

Italia se debe mirar en el espejo de una Inglaterra que tocó fondo no hace tanto al pederse la Eurocopa de 2008. Esa en la que España se hizo mayor de golpe. Vivió varios años complicados donde no sabía hacia donde iba, hasta que se encontró.

Los ingleses resurgieron de sus cenizas para retornar. Con un gran proyecto en la absoluta y un excelente trabajo en la categoría inferiores viaja a Rusia como la gran tapada. No hace tanto, esto era impensable. Las viejas glorias dieron una paso al lado y un nuevo grupo de jóvenes ha recuperado la ilusión del país del fútbol.

Su verano ha sido memorable. Subcampeón de Europa sub-17, campeón del mundo de la misma categoría, campeón de Europa sub-19 y semifinalista el Europeo sub-21. Lo que viene por debajo tienen muy buena pinta y en 2018 buscarán seguir sumando éxitos con los mayores.

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