No dicen absolutamente nada

Honda no da la cara

El nuevo STR13 de Toro Rosso-Honda, en acción
El nuevo STR13 de Toro Rosso-Honda, en acción

Es la sensación tardía de una vergüenza interior que va más allá de un desliz. Un aterrizaje forzoso de malas notas, una praxis viciada que forja una piel áspera, dura, impasible ante cualquier golpe. Honda ha vivido en tres años una sobredosis de malos momentos, presión extrema, un agotamiento feroz que se ha esfumado, en cierta medida, ahora que Toro Rosso porta la cruz de sus dudosos propulsores.

La ecuación dibuja una algoritmo indescifrable: ni siquiera los japoneses son capaces de encontrar una solución, un final a una aventura que está cada vez más erosionada. Así las cosas, con un nuevo cambio en las alturas de la organización, Tanabe sustituyendo a Hasegawa, con la previa todavía más dramática de Arai, la situación en Honda se ha vuelto, aún si cabe, más fría y oscura. Y eso que todos hablan maravillas, o al menos por el momento, del nuevo front man. Un auténtico racing-man, dicen…

Las dudas que planean en torno a su cuarta oportunidad han provocado un silencio a gritos en Honda: nadie dice nadie. No se coge un teléfono, no se contesta un mail, no se da una declaración… Nada. Tras tres años de palabrería barata, se ha optado por ir por la tangente: si en prensa la temporada pasada todavía jugaban a los malabaristas, este año ni siquiera contestan.

Son como un animal herido resguardado por agentes externos, los Franz Tost de turno o cualquier ingeniero de Toro Rosso. Allí hablan de potencia, de robustez, de que todos son ventajas… Quizá los japoneses hayan optado por morderse la lengua y hablar, esta vez, en la pista. Las primeras sensaciones, eso sí, no son de mentira: el STR13 no se ha roto en su primer día. Un destello de luz, de esperanza, para una compañía desacreditada que, de momento, calla.

Lo último en Deportes

Últimas noticias