Cristiano por fin Liga
Sufrió el Real Madrid. Sufrió mucho. Pero ganó y lo hizo merecidamente. Los blancos dominaron, pero otra vez convirtieron al portero rival –esta vez Guaita– en una especie de Spiderman que tejió una tela de araña en torno a su portería. Marcó Benzema, que volvía, y marcó, ALELUYA, Cristiano Ronaldo, con un tanto, el primero suyo en Liga, que daba los tres puntos a su equipo.
Obligado por las bajas y por un calendario que se pone verraco, Zidane completaba el sudoku del once inicial del Real Madrid. Para empezar, por la portería, en la que Kiko Casilla entraba por el lesionado Keylor. En la defensa repetía Achraf como sustituto de Carvajal, igual que Nacho y Sergio Ramos como pareja de centrales, mientras que Marcelo recuperaba su sitio en el lateral izquierdo.
Más cambios en el centro del campo, zona en la que descansaban Casemiro, Modric e Isco y a la que entraban directos Marcos Llorente, Asensio y Lucas Vázquez. El sistema, así de partida, parecía un 4-4-2 de manual. Arriba, el retorno del mejor amigo de Cristiano Ronaldo: Karim Benzema. Y con ellos dos suman once, los que saltaban al césped del Coliseum.
Mandón arrancó el Real Madrid, que acorraló al Getafe como la CUP a Puigdemont: sin disimulo. Tenía ritmo e partido como una canción de Maluma y se divertía el Coliseum como aquel de Roma en los tiempos de los gladiadores. El acoso de los de Zidane dio sus primeros frutos a los diez minutos, con perdón de la rima.
Guaita internacional
Benzema bajó una pelota de espaldas en el área y se la dejó a Cristiano Ronaldo como se la ponían a Fernando VII. CR7 la rompió y Guaita metió abajo una mano firme y fuerte que evitó el gol del Real Madrid. Jugaba bien el campeón, ancho el campo, profundos los laterales y con un Benzema que le daba un respiro a Cristiano entre los centrales.
Pero de repente echó el freno el Madrid. Se creció el Getafe y se enredó el partido. La pelota seguía siendo blanca, pero los de Zidane caían en las trampas preparadas por Bordalás y sus muchachos. No había ocasiones y el duelo se iba a la media hora de juego.
Un disparo desde fuera del área de Cristiano, que atrapó abajo Guaita, fue el aviso de que el Real Madrid estaba en el partido, aunque de aquella manera. El Getafe no tenía dudas: presión o falta. La idea (muy buena, por cierto) de Bordalás era que los de Zidane no encontraran la continuidad en su fútbol.
Arañazo del Gato
Y entonces el Madrid volvió a apretar. Cristiano se volvió generoso y se le puso a Benzema con un taconazo inesperado y genial. El disparo del francés se fue arriba. Y al filo del 40 llegó el tanto del campeón. Lo gestó otra vez Cristiano Ronaldo, que vio el desmarque de Benzema. Se la puso, el intento de despeje de Kala terminó de habilitar al francés que, como no vio a nadie solo, tomó la decisión de marcar por bajo ante la media salida de Guaita.
Bálsamo de fierabrás fue el gol para el Real Madrid, que se fue al descanso con un duelo de emboscadas al menos encarrilado. Y regresó del vestuario en la misma tónica. Dominaban los de Zidane, aunque el Getafe ya no retrocedía tanto. Y Guaita volvía a emerger como héroe al sacar primero un mano a mano a Cristiano y después el ulterior disparo de Marcelo. El Madrid volvía a chocar contra un portero.
Saben aquel que diu que en el fútbol el que perdona lo paga, ¿no? Pues lo pagó el Madrid en una contra del Getafe que pilló mal parado al equipo de Zidane. No llegó al cruce Marcelo, también Nacho perdió el cuerpeo con Jorge Molina –EN FUERA DE JUEGO–, que apenas alcanzó a rozar la pelota para adelantarse a la media salida de Kiko Casilla.
El Madrid se lía
El gol trastocó los planes del Real Madrid… y los de Getafe. Otra vez replegaron los de Bordalás y otra vez se lanzaron al ataque los de Zidane. Lo intentó Cristiano Ronaldo en un tiro libre directo que susurró por fuera al poste izquierdo de Guaita. Zidane ponía a calentar a Isco y a Theo. Y los metía rápido en el 70. Sacaba del campo a Marcelo y a Lucas Vázquez.
En el 72, aunque no se lo crean, Cristiano falló el gol del siglo. Fue un gol que habría metido no ya Higuaín sino Paquirrín. Estaba solito, a medio metro de la portería, la pelota sólo había que empujarla, siquiera flojito o con la tibia. Lo habría metido un infantil. Pero Cristiano Ronaldo, el mejor goleador de todos los tiempos, giró el tobillo y la echó fuera. Si no lo han visto, véanlo. No se lo van a creer.
Al Real Madrid le quedaban poco más de diez minutos para acabar el partido y quién sabe si enterrar sus opciones por la Liga. Zidane metía a Mayoral por Benzema en busca del milagro. Los de Zidane ya atacaban a lo loco, con más gente esperando en el área de Guaita, que jugadores intentando gestar la jugada.
Cristiano resuelve
Y en el 84, después de cuatro partidos en blanco, después de tener un millón de ocasiones para marca, Cristiano Ronaldo hizo su trabajo: marcar y ganar partidos. 444 minutos después CR7 marcó un gol. Isco le vio, Cristiano se desmarcó, ganó la espalda a Antunes y la coló de volea en el palo largo de Guaita. Los jugadores del Real Madrid lo celebraron como si valiera una Champions. Valía, con todo, media Liga. O seguir aferrándose a pelearla al menos.
Al Madrid sólo le quedaba mantener la pelota en los minutos finales para salvar tres puntos más trabajados que el vestido de fin de año de la Pedroche. Lo hicieron y los blancos se fueron de Getafe con buenas noticias: tres puntos y gol de Cristiano Ronaldo, que ya le iba haciendo falta.