Liga de Naciones: España-Dinamarca

Otro desfile de España

Victoria de España ante una sólida Dinamarca en un imponente segundo tiempo gracias a un solitario gol de Zubimendi

La selección de Luis de la Fuente se sobrepuso a la epidemia de bajas y los cambios del seleccionador dieron a España el empuje definitivo

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Zubimendi celebra el 1-0 de España ante Dinamarca.
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Victoria de España ante una sólida Dinamarca en un imponente segundo tiempo gracias a un solitario gol de Zubimendi. La selección de Luis de la Fuente se sobrepuso a la epidemia de bajas y los cambios del seleccionador dieron a La Roja el empuje definitivo. Tanto Mikel Merino como Baena dieron aire y talento a un equipo en el que naufragaron Pedri y Oyarzabal. Morata y Lamine Yamal desperdiciaron claras ocasiones ante un Schmeichel que fue el mejor de los daneses.

Volvía la campeona de Europa. Volvía España. Lastrada, sí. Plagada de bajas, sí. Extraña, sí. Puede que invertebrada. Pero España. Luis de la Fuente tuvo que componer una alineación en la que sólo había cuatro titulares de la final de la Eurocopa: Laporte, Fabián, Lamine Yamal y Morata. La epidemia de bajas, graves, leves y mediopensionistas, mermaban las opciones de luis de la Fuente de componer un once de garantías. Era un once plagado de novedades y de jugadores de talento.

Jugaban David Raya; Pedro Porro, Vivian, Laporte, Grimaldo; Zubimendi, Fabián; Lamine Yamal, Pedri, Oyarzabal; Morata. Era un equipo nuevo pero reconocible que saltaba al césped dispuesto a arrebatar a Dinamarca el liderato del grupo de esta competición que se inventó la UEFA para rellenar los huecos insípidos entre Eurocopas y Mundiales.

Asustó Dolberg en el primer minuto en un mano a mano algo escorado con David Raya que resolvió el portero español dechado de reflejos y agilidad. Respondió España con una jugada por banda que acabó con una falta lateral que sacó Grimaldo y no acertó a rematar nadie. El partido y la pelota, en sus inicios, eran la falsa moneda, iba de mano en mano (o de pie en pie) sin que nadie se la quedara. Dinamarca, bien colocada e intensa, resistía las desordenadas embestidas de nuestra selección.

Poco a poco España orientó el juego hacia el área de Dinamarca, que se pertrechó en torno a su área. Hubo que Esperar hasta el minuto 20 para que España tuviera la segunda ocasión. El protagonista fue Morata, que definió con un remate demasiado cruzado dentro del área pequeña una ocasión clara dentro del área pequeña.

Resiste Dinamarca

Resistía Dinamarca con una intensidad propia de un equipo pesado. Muy pesado. A España le costaba encontrar resquicios entre la maraña de vikingos furiosos. Que nos pegaron un susto enorme a la media hora de partido en una contra que aceleró Eriksen, cuya venenosa asistencia hacia Dolberg la abortó muy ágil, rápido y atento David Raya.

Dinamarca nos buscaba las cosquillas y, lo que es peor, nos las encontraba. La espalda de Grimaldo era un agujero como el que tiene el PSOE con el caso Koldo. No ayudaba Oyarzabal y Zubimendi, solo y perdido en el mediocentro, no daba abasto para achicar agua. El 0-0 empezaba a ser un buen resultado. Ni gobernábamos el partido ni siquiera éramos capaces de vivir el duelo con tranquilidad.

La mejor noticia para España podía ser la llegada del descanso, que sobrevino después del enésimo susto e Dinamarca sostenida sobre el talento del imponente Eriksen. Y de otra ocasión de Morata, que decidió tirar desde mil kilómetros a las nubes. Para colmo, en el último minuto, Lamine Yamal se plantó solo delante del hijo de Schmeichel  pero la mandó al cielo murciano. Conclusiones de los primeros 45 minutos: no jugábamos a nada, los dos laterales eran invisibles, Zubimendi era el Rodri de Hacendado, Lamine Yamal echaba de menos a Nico Williams y Morata era Morata.

El descanso fue el periodo de reflexión que necesitaba España para mejorar ante una notable Dinamarca. Luis de la Fuente optó por dar un voto de confianza a los que estaban. Nos hicimos con la pelota, sí, pero los vikingos se pertrechaban en torno a su área. No era fácil encontrar pasillos entre la ordenada zaga danesa. La pedía Lamine Yamal pero Dinamarca tenía claro el plan: pararle por lo civil o por lo penal.

Aprieta España con caras nuevas

Apretó España y aflojó en su empuje Dinamarca. Nos íbamos asomando al área de Schmeichel júnior, que abortó con una buena salida un claro mano a mano con Morata. Luis de la Fuente quitó a Pedri y Oyarzabal, transparentes ambos, para meter a Merino y Álex Baena. Era justo la hora de partido y nuestra selección ya campaba a sus anchas por el partido. El gol se veía venir.

La tuvo Morata en el 67 pero Schmeichel hizo un paradón monumental al sacar una mano imposible cuando ya estaba batido. España empezaba a merecer el gol siquiera sea por insistencia. No salían los daneses de su área ante una España intensa, concentrada y motivada. El estupendo meta vikingo sostenía a su selección  ante las acometidas del equipo de Luis de la Fuente, dueño y señor ya del partido.

Se sucedían las ocasiones y a Dinamarca se le aparecían los dioses vikingos. A España se agotaba el tiempo aunque aún quedaba un cuarto de hora más el alargue para resolver el jeroglífico que nos había planteado la selección nórdica. Luis de la Fuente no aguantó más: Joselu por Morata en el 77. Un minuto después, zas, gol de España. Fue una jugada llovida al área que devino en un rechace que empaló de volea Zubimendi, se envenenó tras tocar en un rival y se comió Schmeichel, que no podía pararlas todas.

Se había disuelto Dinamarca y había emergido España gracias al mérito de Merino y Baena, que le habían cambiado la cara al equipo. Desfilaba al selección de Luis de la Fuente al ritmo de un centro del campo con Fabián, Baena y Merino. El partido ya era claramente de color rojo. De la Fuente metió a Sergio Gómez por Lamine Yamal ya en el 90. El partido estaba resuelto para España gracias a su imponente segundo tiempo ante una selección danesa que se diluyó como un azucarillo en la segunda mitad. Hubo que sufrir, sí, pero al final España vivió su particular desfile y fiesta nacional ante Dinamarca.

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