¡¡¡Pentacampeones!!!
España recupera el trono continental en categoría sub-21 tras ganar 2-1 a Alemania. Fabián y Dani Olmo hicieron los goles de los españoles. Amiri el de los germanos.
España se proclamó campeona de Europa sub-21 por quinta vez en su historia tras ganar 2-1 a Alemania en Udine (Italia). Un gol tempranero de Fabián y una diana de Dani Olmo cuando más sufría el combinado nacional fueron suficientes para que los chicos de Luis de la Fuente vengasen a nuestro fútbol dos años después de perder la final ante los germanos en Polonia. Amiri hizo el tanto de los teutones en las postrimerías. Este título permite al equipo nacional igualar a Italia en el palmarés de esta competición con cinco entorchados cada uno.
Lo que funciona no se debe tocar, debió pensar una España que comenzó la final arrasando, como lo lleva haciendo todo el torneo. Dominando y mandando fue capaz de quitarle el balón a una Alemania que lo cuida casi tan bien como el combinado nacional. Así, a los 7 minutos, los de Luis de la Fuente recuperaban un balón que caía en Fabián, éste combinaba con Oyarzabal y, mientras reculaban los alemanes, el andaluz mandaba la pelota a dormir para poner el primero en el luminoso. Jubilo en el bando español y preocupación en un equipo germano que tenía que cambiar cosas si quería sacar algo positivo. Y lo hizo.
Alemania comenzó a hacerse con la pelota y España supo lo que era sufrir de verdad por primera vez en todo el torneo. Ni Italia, que ganó 3-1 al equipo nacional en la primera jornada de la fase de grupos, puso en tantos apuros a un bloque que lo pasa mal cuando pierde la pelota. Sin crear ocasiones claras, los teutones fueron acorralando a los españoles en su campo. Sólo respiraban cuando eran capaces de recuperar el balón, aunque les duraba menos de lo que les gustaría.
Así fue transcurriendo una primera mitad en la que España terminó pidiendo la hora y Alemania se marchó al vestuario con la sensación de que habían desaprovechado media hora para, como mínimo, lograr la igualada.
Aguantar para ganar
Mantuvo el mismo guion el partido en la segunda parte. Alemania era la dueña del balón y España achicaba todo el agua que podía sin ser capaz de recuperar un protagonismo que sólo duró 15 minutos. Veía Luis de la Fuente que las cosas no funcionaban y decidió hacer cambios. Soler entraba al terreno de juego y Oyarzabal, que estaba actuando de falso nueve, se retiraba. La sub-21 se quedaba sin referente ofensivo, pero el objetivo era recuperar el balón cuanto antes y volar a la contra.
La apuesta le salió bien a España. Poco a poco fue respirando y, cuando parecía que aguantar iba a ser el principal y casi único objetivo, llegó la contra definitiva. El equipo español se lanzó al ataque, la pelota cayó en un Fabián que volvió a probar suerte, pero en esta ocasión el portero germano sí paró, aunque no atrapó, y en el rechazo Dani Olmo, el mejor jugador de la final, estaba más listo que nadie para picar con toda la clase del mundo un balón que terminaba besando las redes rivales y, casi, cerrando la final.
Tras mucho sufrir, tras mucho sudar, España se encontraba con 20 minutos por delante con dos goles de ventaja y la oportunidad de hacer lo que más le gusta: tocar la pelota. Alemania, que nunca se da por vencida, pura genética, lo intentó, pero el paso de los minutos aplacaron las ganas germanas y llegó la hora de la sub-21. Las botas ya no le pesaban a los españoles y sí a unos alemanes que dejaron de ser aviones para convertirse en tractores.
Luis de la Fuente decidió sustituir a Fabián, que se llevó la ovación de todo el estadio. No era para menos. La ventaja se pudo aumentar en la recta final, pero la pelota no quiso entrar y fue Amiri el que, con ayuda de Vallejo, recortó distancias. Un poco más de sufrimiento que España terminó superando para proclamarse campeona de Europa por quinta vez.