Bojan revela toda la verdad sobre su recordada renuncia a la selección española
Bojan desvela el porqué de su rechazo a ir convocado por la España de Luis Aragonés que acabarían ganando la Eurocopa de 2008
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Uno de los casos más polémicos de la Selección Española en este siglo fue durante los meses previos a la conquista de la Eurocopa de 2008, la que iniciaría una de los momentos más brillantes de nuestro fútbol y que supondría la consecución del Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012. Fue en aquella temporada 07/08 cuando emergió la figura de un jovencísimo Bojan Krkić con el Barcelona. El catalán se retiró recientemente del fútbol a sus 32 años.
Brillando con el Barça con apenas 17 años, Bojan iba a estar en la lista de Luis Aragonés para la Eurocopa de 2008 pero el joven dijo que no, rechazando la convocatoria. En aquel momento fue muy sonado su negativa, criticado por muchos y años después pone luz a aquel suceso dando su versión de lo sucedido. La salud mental de aquel Bojan pasaba por un mal momento como él mismo relata: sufría de ansiedad.
«El proceso de ansiedad empezó a mitad de temporada con el Barcelona. Nadie lo sabía, ni mis compañeros ni mi entrenador, solo mi gente. Me llama la Selección para un partido amistoso ante Francia en Málaga. Cuando recibo la llamada ya estaba muy al límite y quedaban cuatro meses para acabar la temporada. Hablándolo con mis padres me dijeron que ‘tranquilo, vas y si va mal, te vuelves’», relata Bojan, retrocediendo 15 años atrás.
«Yo estaba las 24 horas del día mareado. Cuando vivía la situación de ansiedad era como una ola que se descontrolaba, el mareo aumentaba, me dolía la cabeza, la visión…», explica Bojan en una entrevista en el podcast The Wild Project de Jordi Wild.
Fue en su primer llamado de la Selección cuando vivió una de esas olas que cita Bojan: «Fui a la selección y el primer día fue muy bien, el segundo bien y llega el día del partido, vamos a ver el césped y cuando vuelvo al vestuario, me siento y me llega la ola. Ahí dije, estoy liquidado. Tenía a Andrés [Iniesta] al lado y le dije ‘Andrés, me estoy mareando’. Él llamó al médico y me fui a la zona de fisios. Me tumbaron. Mis compañeros no eran conscientes de mi situación pero al doctor se lo cuento todo. Viene el seleccionador y el director deportivo. No juego ese partido y se dice que no juego por una gastroenteritis. Eso no me molestó».
«Tenía que parar»
Bojan regresó de aquella citación, siguió entrenando y jugando con el Barcelona realizando buenas actuaciones. «El objetivo era que esa situación no me parara. Era un reto, tenía que vivir esa situación y superarla. Volví de la selección y seguí entrenando, no quería que eso me paralizara. De febrero a mayo me pierdo un partido solamente con el Barça. Entreno, juego de titular, suplente, haciendo goles… Yo estoy en contacto con la selección, les decía que a ver cómo estaba pero que estaba, estaba funcional».
«Me llega que la selección me va a convocar y les digo que no puedo ir, no me veía capacitado para afrontar esa situación. Primero porque profesionalmente creo que no voy a estar y luego porque es alargar algo que nos va a hacer daño», desvela Bojan, que reconoce que tras tomar la decisión de no ir, «el día de antes me llama el seleccionador y me dice: ‘te voy a convocar, que sepas que estás en la lista’» y él reflexiona: «Un niño de 17 años no te está diciendo que no quiere, es consciente de lo que está diciendo. Si este niño te dice que no puede es porque no puede. Era consciente que tenía que parar, el ir con la selección me suponía más y más. Hablaron con algún jugador para que me convenciera pero sabía que estaba tomando la decisión que tenía que tomar».
A Bojan lo que le dolió fueron los titulares que vinieron después: «Al día siguiente es lo que a mí me hace daño. El titular que se dio es que la selección convoca a Bojan y Bojan dice no». Aunque aquella Eurocopa supuso un antes y un después para España, Bojan afirma que sabe que tomó la decisión correcta: «Yo en ningún momento tuve la sensación de arrepentimiento cuando la selección ganó la Eurocopa. Tomé la decisión que tenía que tomar. Eso me llevó a la tranquilidad de estar en paz conmigo mismo. Era lo que tenía que hacer».