El Barça no podrá jugar en el Johan Cruyff mientras reforma el Camp Nou

Camp Nou Barça
Una imagen del Camp Nou. (@FCBarcelona_es)

Los socios compromisarios del Barcelona aprobaron este sábado el proyecto de financiación del Espai Barça que incluye, entre otras cosas, la remodelación del Estadio Camp Nou. En la Asamblea General Ordinario se dijo sí, aunque aún queda por delante el referéndum entre todos los socios para que continúe adelante este plan de la Junta Directiva de Joan Laporta que costará a la entidad 1.500 millones de euros. El presidente blaugrana reconoció abiertamente que el Barça tendrá que buscar una alternativa al Estadio Johan Cruyff de la ciudad deportiva culé durante las obras en el Camp Nou.

«La verdad es que a mí me hacía ilusión porque todo quedaba en casa, pero los expertos ya nos han dicho que tiene muchas complicaciones», explicaba Joan Laporta durante la Asamblea con los socios compromisarios, abriendo un melón sobre el que hasta ahora no se había querido pronunciar. El Barça, a diferencia de lo que sí hizo el Real Madrid con el Estadio Alfredo di Stéfano de su ciudad deportiva, no podrá usar sus propias instalaciones para disputar los partidos oficiales mientras está en obras el Camp Nou.

«Tendremos que salir fuera, en Montjuic u otras opciones. También se está contemplando que podamos seguir en el Camp Nou», añadía el presidente, que abre la vía de disputar los partidos en el Estadio Olímpico Lluís Companys, antiguo cónclave del Espanyol durante más de una década. La posibilidad de seguir disputando los partidos en el Camp Nou también es compleja, aunque similar a la del Real Madrid que ha continuado parte de las obras de su estadio mientras el equipo disputaba sus encuentros como local en el Bernabéu.

La capacidad de espectadores actualmente del Johan Cruyff es de unas 6.000 butacas y desde el Barcelona se estaba estudiando la posibilidad de ampliar la capacidad con gradas supletorias para que alcancen las 40.000 localidades, algo que al parecer, tras ser estudiado por los técnicos y operarios, parece demasiado complejo y difícil de ejecutar. Así, sin más opciones propias, el Barça se vería obligado a recurrir a otras opciones ajenas entre las que Laporta sólo destacó Montjuic pero dejó abierta la posibilidad de otros estadios.

Desde el Barcelona ya han manifestado en otras ocasiones el perjuicio que supone estar tan retrasado con respecto a otros grandes clubes en lo que a infraestructuras se refiere. Con anterioridad, en un vídeo promocional de lo que será el Espai Barça, el club ponía como ejemplo de grandes obras y remodelaciones al Nuevo Santiago Bernabéu o al estadio de otro eterno rival como el Espanyol. Con el presupuesto del Espai Barça aún por aprobar en referéndum por los socios y socias del club, con las obras aún lejos de comenzar y con otros clubes ya a la vanguardia en este sentido, la entidad culé va muy por detrás en este sentido, consecuencia de una gestión previa dudosa.

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