Bale para las grandes ocasiones
Bale volvió a ser fundamental en la victoria del Real Madrid, en semifinales del Mundial de Clubes. El galés, desde su llegada, suele destacar en las grandes citas. Sus goles en Mestalla en 2014, en Lisboa y en Kiev valieron tres títulos a los madridistas
Desde su llegada en 2013, Gareth Bale ha estado siempre muy discutido. El rendimiento ofrecido por el jugador del Real Madrid ha estado siempre cuestionado. Sus lesiones se han convertido en habituales y, cuando ha estado disponible para ayudar a sus compañeros, el miedo a volver a caer lesionado de nuevo ha provocado que sus actuaciones no hayan estado a la altura en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, el galés se ha mantenido en el club gracias a sus estelares apariciones en los momentos clave, en esos en los que se ganan títulos.
Hay que remontarse a la primera temporada de Bale en el Real Madrid para encontrar su primera gran noche de blanco. Fue en la final de la Copa del Rey de 2014, en Mestalla. En aquel partido, todo parecía abocado a la prórroga, hasta que apareció él. Montó una contra rapidísima e hizo un autopase que todo el mundo recuerda por su manera de librarse en carrera de Marc Bartra. Se plantó ante Pinto y le batió sin apenas ángulo, dándole la victoria al Madrid por 1-2 en el minuto 85.
Meses después, Lisboa fue testigo de nuevo del poderío de Bale en las grandes citas. La Décima llegó de su mano, pues suyo fue el 2-1 con el que el conjunto blanco daba la vuelta en la prórroga a la final frente al Atlético. El británico remató al fondo de la red un centro de Di María en el segundo palo. Aquel gol supuso el desate de los madridistas, que terminarían llevándose la victoria por 4-1.
Habría que esperar de nuevo hasta la pasada campaña para volver a encontrar una gran actuación del galés en una cita importante. La primera fue en el Camp Nou. A pesar de que el Real Madrid había tirado hacía mucho tiempo LaLiga, los blancos empataron ante el Barça gracias a un gol del extremo. Pero sería en la final de la Champions, en Kiev, donde tendría su gran noche.
Con un pie fuera del Real Madrid, Bale no fue de la partida de Zidane. Sin embargo, 29 minutos fueron suficientes para el británico, que le dio de nuevo una Champions a los suyos. Su chilena desempató el encuentro frente al Liverpool y, minutos después, pondría la sentencia con un potente disparo que, con ayuda de Karius, terminaría dentro de la portería.
Clave en los mundiales
Cuando los de Solari se juegan el levantar el primer título de la temporada, de nuevo Bale ha vuelto a aparecer. El galés llegaba tocado, en principio, tras lesionarse ante el CSKA hace una semana. Sin embargo, las dudas sobre su estado de forma las resolvió rápido, con un hat-trick entre los minutos 44 y 55. Tres goles que, además, le convierten en el segundo máximo goleador de la historia de los Mundiales de Clubes, sólo superado por Cristiano Ronaldo.
No es la primera vez que Bale es clave en un Mundial. En 2014 hizo dos tantos, uno en semifinales que ayudó a los blancos en las victoria por 4-0 frente a Cruz Azul y otro en la final que ganaron por 2-0 frente a San Lorenzo. Además, el pasado año, nada más salir al terreno de juego, hizo el gol que remontaba las semis para los madridistas, que terminaron ganando 2-1 al Al-Jazira.
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