Australia se confirma como torneo gafe para Nadal
Rafael Nadal es uno de los pocos privilegiados de la historia del tenis que pueden considerarse imparables cuando están en plenitud de condiciones. El manacorense, número uno del ránking ATP desde el pasado mes de agosto, se ha encontrado con un escollo más allá de los rivales en el Open de Australia, el único ‘grande’ en el que no ha logrado salir victorioso en más de una ocasión. Su obligada retirada ante Marin Cilic en cuartos de final de la presente edición hacen recordar el gafe que vive Rafa en Melbourne Park, con cuatro derrotas causadas por problemas físicos.
La maldición de Nadal en el Open de Australia comenzó en el año 2010, cuando el español llegaba a Australia como uno de los grandes favoritos a hacerse con la victoria, después de haber conquistado su primer entorchado un año antes. Andy Murray se cruzó en el camino de Rafa en la antepenúltima ronda, pero fueron los problemas físicos los que le acabaron apartando de la lucha. Al igual que ha sucedido en la presente edición, el cuerpo de Nadal dijo basta y se vio obligado a retirarse con el marcador en contra por dos sets (6-3, 7-6 y 3-0), pero habiendo comenzado ganando en los dos primeros, lo que explica la merma sufrida entonces a causa de sus problemas de rodilla.
Un año después y como si de un deja vú se tratase, Nadal volvía a encontrarse con las lesiones en Melbourne Park. Rafa llegaba como número uno, pero en cuartos de final, la intensidad de David Ferrer y la mala suerte provocaron una rotura de fibras en los isquiotibiales de su pierna izquierda. El coraje y la voluntad de que el público pudiera disfrutar de la entrada instaron al balear a no retirarse y finalizar, más que mermado, un encuentro que acabó con su participación en Australia en 2011.
La espalda le apartó del título en 2014
La tercera y más sonada muestra de que la mala suerte persigue a Rafael en Australia sucedió en 2014. De nuevo como número uno del cuadro, el manacorense se plantaba en la final cediendo un solo set y tras borrar de la pista a Roger Federer en semifinales. El segundo entorchado parecía más cerca que nunca, con un tapado como Stanislas Wawrinka como rival, cuando su espalda, ya con un set en contra, «se quedó clavada», impidiéndole moverse con propiedad durante el resto del encuentro.
A pesar de todo, Nadal consiguió ganar un set para acabar cediendo en cuatro. Finalizó el partido como un héroe, asegurando que lo último que haría sería «retirarse de una final de Grand Slam», mientras Wawrinka, que realizó una actuación de órdago no desmerecida por la lesión de Nadal, se llevó el torneo, su primer Grand Slam.
A estas lesiones, producidas en pleno encuentro del primer Grand Slam del año, hay que sumar las ausencias de Rafa en el cuadro final, también a causa de los problemas físicos. En 2006 y 2013, el actual número uno del mundo no pudo formar parte de los participantes en el Open de Australia, al no recuperarse de daños en su potente aunque maltrecho físico.
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