El Atlético tiene Ángel (1-0)
Jornada redonda para el Atlético de Madrid, que no desaprovechó los pinchazos de Real Madrid y Barcelona, además de Villarreal y Sevilla, para sacar más ventaja a sus perseguidores y recortarle puntos a los azulgrana. La victoria por la mínima frente al Valencia, con gol de Correa, deja a los de Simeone a nueve unidades del líder, y a las mismas del club che, tercero en la clasificación.
El Cholo Simeone salía con lo esperado para tratar de imponerse al Valencia y aprovechar los malos resultados de todos los equipos de la zona alta de la clasificación. La portería era para Jan Oblak, que estaría custodiado por Vrsaljko, Savic, Godín y Lucas. En el centro de la medular, Koke y Saúl, dejando las bandas para la velocidad de Ángel Correa y Carrasco. Y en punta, como no podía ser de otra forma, Diego Costa y Antoine Griezmann formando dupla.
Ni la final de la Super Bowl, ni el All-Star de la NBA, el espectáculo lo puso el Atlético de Madrid. Los rojiblancos saltaron al terreno de juego con la idea clara de ganar. El cuadro colchonero no daba opción a un Valencia que le costaba encadenar más de tres pases seguidos y aún menos, conectar con Zaza y Mina, sus futbolistas más adelantados.
Se defendían bien los ches, obligando al Atlético a intentarlo desde fuera. De esta forma llegó la ocasión más peligrosa de los pies de Saúl. El pequeño de los Ñíguez se sacó un latigazo con el que obligó a que Neto se estirase y desviara el cuero a córner. Destacable también el trabajo de Carrasco, que estaba siendo uno de los futbolistas más activos del partido, haciendo daño por el costado izquierdo a la zaga valenciana.
Al Atleti le crecen los enanos
Tuvo que aparecer de nuevo Neto. Un soberbio testarazo de Diego Costa a la salida de un córner obligó al arquero valencianista a evitar el gol con una providencial palomita cuando ya casi se cantaba el gol en el Metropolitano. Las malas noticias para Simeone llegaron unos minutos antes, cuando Stefan Savic tuvo que abandonar el verde por unas molestias físicas, dejando su puesto a Giménez y gastando el bonaerense un cambio.
Con el 0-0 se llegó al descanso. Y en la reanudación, a los dos minutos, un nuevo inconveniente para el Atlético. Mejor dicho, doble problema para los de Simeone. Neto salió a por uvas en un balón aéreo, llevándose por delante a Diego Godín y su mandíbula. Un penalti de libro que Iglesias Villanueva se comió. Y para más inri, el zaguero uruguayo tuvo que ser sustituido inmediatamente, entrando Juanfran por él, y desplazando a Lucas al centro de la defensa.
Ganar, ganar y ganar
Cuatro años han pasado desde que Don Luis Aragonés falleciera y la afición rojiblanca le rindió tributo coreando su nombre. En las gradas sonaba el nombre del Sabio de Hortaleza y sobre el tapete sus filosofía: ganar, ganar y ganar. Y con esa idea, el Atlético asestó el primer golpe. Y vaya golpe. Correa recibió un pase de Koke en la frontal del área, aunque estuviera escorado no fue inconveniente para Angelito, que soltó un zurriagazo para quitar las telarañas de la escuadra de la portería defendida por Neto.
El Cholo decidió retirar a Carrasco del campo y meter a Gabi. Más fuerza para un centro del campo que trataba de quitarle el control de esa línea a Kondogbia y Parejo. Como de costumbre, el Atlético de Madrid se replegó para defender el resultado e intentar sorprender a la contra.
Con el agua al cuello
Apretaban los de la Ciudad del Turia, achuchando por momentos de una forma continuada. Pero con cada arremetida, agua. Hasta los más inocentes saben que penetrar por la muralla defensiva del Atlético de Madrid no es tarea fácil y que, en caso de hacerlo, después toca Jan Oblak. Es costumbre que el cancerbero esloveno siempre tenga su gran parada de rigor, pero tras el pitido final no le hacía falta ni pasar por las duchas.
Y es que aunque el Valencia necesitase un gol, existía más peligro en cada contra del Atlético que en cualquier ataque de los de Marcelino García Toral. Los valientes que se aventuraron a salir de sus casas con la que ha caído en Madrid en las últimas 24 horas hicieron de jugador número 12 creando un ambientazo en el Metropolitano, recordando a aquel coliseo romano del que ya habló Simeone en su inauguración. Y con el rugido de la hinchada colchonera, y el coraje de los jugadores en el verde, se llegó a una trabajada victoria por la mínima que sabe a gloria para los rojiblancos.