El Atlético se queda a punto (0-0)
Atlético y Real Madrid están condenados al milagro en Liga. Como les viene pasando a lo largo de la temporada, ambos equipos volvieron a demostrar su actual falta de gol y eso se tradujo en un empate a cero que no contenta a nadie. El equipo de Simeone tuvo las más claras del partido después de que Correa errara un mano a mano en los primeros minutos y Varane sacara bajo de los palos un buen remate de Gameiro. El Real Madrid tuvo el control en más momentos pero apenas creó peligro.
Y es que este derbi tenía una importancia capital. Porque el que no saliera del Wanda con tres puntos en el bolsillo decía adiós a la Liga, así de claro. Es cierto que restan muchos minutos de fútbol pero salvar una diferencia de 11 puntos es aferrarse demasiado a un milagro que nunca ha ocurrido. Así que este enfrentamiento entre indios y vikingos aún tenía más tintes bélicos. Ninguno de los dos está en su mejor momento de forma pero este choque transforma a cualquiera. Este partido no era vida o muerte, era algo más que eso.
Diego Simeone, un gran estratega en grandes batallas, no improvisó nada en su once y alineó lo esperado con la presencia del recuperado Koke, Lucas (Filipe llegaba justo), Thomas en el medio junto a Gabi y Correa acompañando a un Antonie Griezmann que tenía una cuenta pendiente con la afición y con el gol. Después de coquetear con el Manchester en verano, ahora no ve puerta como antaño y todo el mundo le mira con la desconfianza propia de quien ha estado a punto de cometer una infidelidad. Frente al batallón del Cholo, Zidane plantó a su once tipo. Y a jugar.
No hubo que esperar ni cinco minutos para ver la primera gran ocasión del Atlético. Primero erró Marcelo, después Varane y Correa se plantó sólo delante de Casilla pero falló. La gran falta de gol del equipo de Simeone volvía a quedar patente. El argentino la picó por encima del meta madridista pero se fue fuera por poco. Simeone miraba al cielo y el público se desesperaba. Otra vez había vuelto a ocurrir. Cosa de meigas.
No se estaban sucediendo las ocasiones pero el partido estaba bonito, intenso. Siempre se finalizaba la jugada en área rival. Primero era el Atlético, después el Real Madrid y así sucesivamente. No había dominador claro y el conjunto rojiblanco creaba peligro basándose en el juego directo. Los dos equipos estaban rindiendo por encima de lo que se había visto en la temporada y el duelo no decepcionaba a nadie.
Y de repente todo se calentó. Benzema cayó al suelo, Correa le pegó un pelotazo en la cabeza y mientras tanto Simeone se fue a por Chendo. Después Carvajal realizó una dura entrada sobre Lucas que enervó más al Wanda. Había de todo y quizá el Atlético estaba ganando a los puntos, simplemente por el hecho de finalizar las jugadas. La buena actuación del Atlético se reflejó en el siguiente dato: la primera ocasión del Real Madrid llegó a la media hora. Kroos y Cristiano hicieron una pared como en el patio del colegio y el alemán falló contra Oblak. Los dos equipos ya habían disfrutado de su gran ocasión.
Tras la ocasión de Kroos, el Real Madrid creyó, se hizo dueño del partido y disfrutó de dos buenas ocasiones. La primera en una falta leja de Cristiano que obligó a estirarse a Oblak y después en un remate dentro del área de Ramos que se marchó fuera por muy poco. El Atlético ahora estaba más replegado pero enseñaba las uñas siempre que podía. Y así se llegó al descanso con un resultado que no beneficiaba a nadie. A falta de 45 minutos ambos estaban a 10 del Barcelona.
Las mejores ocasiones para el Atlético
Todo hacía indicar que en la segunda parte iban a pasar cosas. Esta se la perdió un Sergio Ramos, que se tuvo que quedar en los vestuarios después de que Lucas le diera una patada involuntaria en la cara que le provocó una hemorragia nasal. Tras el descanso, el partido siguió con el mismo dominio blanco mientras el Atlético esperaba su oportunidad.
Esta pudo salir de la botas de Saúl pero su disparó desde fuera del área se marchó muy alto. Aquí podía pasar cualquier cosa y Simeone movió fichas metiendo a Carrasco en la izquierda buscando percutir en la banda de un Carvajal falto de ritmo. Pero era Correa el que más inquietaba al Madrid. Puede que no estuviera acertado en muchas de sus decisiones pero con su electricidad bastaba. Porque parecía que el conjunto blanco se quedaba sin gas y ahí los rojiblancos tenían las de ganar.
Cristiano intentó meter miedo con una ocasión que acabó en un mal disparo pero a los puntos, a falta de 15 minutos, estaba ganando el Atlético. En el 75, Simeone volvió a dar aire al equipo sacando a Griezmann, que se marchó pitado, y Correa para meter a Gameiro y Fernando Torres. Y en la primera jugada entre estos dos estuvo a punto de llegar el gol de la victoria del Atlético. Torres asistió al francés que la picó de forma perfecta ante Casilla y cuando el público estaba cantando el gol, Varane apareció para sacar el balón de bajo los palos. Segundos después también se reclamó un penalti por manos de Cristiano. El Madrid estaba contra las cuerdas.
Y después se pediría en el área del Atlético. Cristiano disparó y el balón impactó en la mano de Godín de forma involuntaria. En la recta final, Kroos lo intentó con un buen disparo que despejó Oblak. Ahora el partido estaba más para el Real Madrid pero el olor a empate a cero pululaba en el ambiente. Cristiano estuvo a punto de romper esta teoría al borde del 90 pero Lucas se cruzó de forma sobresaliente para frustrar las intenciones del luso.
Esta fue la última ocasión de un partido que no dejó contento a nadie. Atlético y Real Madrid tendrán que hacer algo que pocos han hecho: remontar 10 puntos al Barcelona. Un afrenta que parece inviable. Más que nada, por el actual estado de forma de dos equipos que están lejos de su mejor versión.