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Sólo 3 pueblos y 6.000 personas en España siguen hablando en este idioma de 500 años de antigüedad

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San Martín de Trevejo. Foto: Mancomunidad de municipios Sierra de Gata
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

En España, la riqueza cultural y lingüística es un legado que se mantiene vivo en ciertos rincones del país. Aunque muchas lenguas minoritarias han desaparecido con el tiempo, todavía existen pequeños enclaves donde se preservan tradiciones lingüísticas únicas, algunas con siglos de historia.

Un claro ejemplo de ello es un idioma que, pese a sus 500 años de antigüedad, resiste en apenas 3 pueblos con poco más de 6.000 hablantes. Esta lengua es un símbolo de identidad para sus habitantes, que luchan por transmitirla a las futuras generaciones.

Éste es el idioma que se habla en tan sólo 3 pequeños pueblos de Extremadura

A Fala’ es una lengua romance que se aferra a la vida en 3 pueblos del Valle de Jálama: San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno. Con sólo unos 6.000 hablantes, es un ejemplo de la diversidad lingüística de nuestro país y un recordatorio de la importancia de preservar este patrimonio.

Sus orígenes se encuentran en el galaico-portugués, con influencias asturleonesas, lo que le da un carácter único y distintivo. Se cree que comenzó a hablarse entre finales del siglo XII y principios del XIII, durante la Reconquista, y desde entonces se ha mantenido como la lengua materna de los habitantes de estos pueblos.

Aunque comparten un vocabulario común en un 85%, cada uno de estos municipio tiene su propio dialecto: el mañego en San Martín de Trevejo, el lagartero en Eljas y el valverdeño en Valverde del Fresno.

Esta diversidad dialectal, a pesar de la cercanía geográfica de las localidad, añade una capa más de complejidad y riqueza a ‘A Fala’. Por ejemplo, la palabra «pendiente» se dice «areti» en mañego, «brínquili» en lagartero y «argola» o «pendienti» en valverdeño.

Uno de los aspectos más fascinantes de ‘A Fala’ es que se ha transmitido principalmente de forma oral, de padres a hijos. Esto ha dificultado su estudio y estandarización, pero también ha contribuido a su carácter auténtico y singular. La falta de una ortografía común ha generado variantes locales y desafíos para su enseñanza.

Los desafíos a los que se enfrentan ‘A Fala’

‘A Fala’ enfrenta desafíos significativos en el siglo XXI. La despoblación rural y la influencia del castellano son amenazas constantes que ponen en peligro su supervivencia.

La declaración de ‘A Fala’ como Bien de Interés Cultural en 2001 fue un paso importante para su reconocimiento y protección. Sin embargo, es necesario un mayor compromiso por parte de las instituciones autonómicas y estatales para garantizar su supervivencia.

La creación de un centro de interpretación y la estandarización de la lengua son proyectos clave para su futuro. Además, la Junta de Extremadura y un grupo de filólogos están trabajando en un libro sobre su ortografía y gramática para que se pueda estudiar en las escuelas de la zona.

La singularidad de ‘A Fala’ ha atraído a turistas y curiosos a la región, lo que ha generado un valor turístico importante para la comarca. Los visitantes quedan fascinados al escuchar este idioma peculiar y descubrir la riqueza cultural que encierra.

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